lunes, 26 de noviembre de 2007

Dios responde...a su tiempo. Lucas 1:57-58

"Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. Y cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella."
Lucas 1:57-58

Cuántas pero cuántas veces queremos que todo sea rápido, que todo sea “express” de un día para otro. La vida actual nos ha acostumbrado a tener las cosas rápido. La competencia entre las empresas hace que los beneficiados seamos nosotros. Por lo general buscamos dónde hagan las cosas rápido y bien.

Sin embargo hay cosas que no pueden hacerse de un día para otro. Necesitan todo un proceso para que salgan bien, muy buen ejemplo son los hijos. Necesitan nueve meses para nacer sanos. Es un periodo de tiempo.

Vimos en unos estudios anteriores que Juan fue respuesta a la petición de Zacarías y Elisabet. Y llegó el Ángel y les dio la noticia de que ya estaba su respuesta, pero eso no quiso decir que al momento nacería el bebé, tuvieron que esperar lo necesario.

Muchas veces le pedimos algunas cosas a Dios y efectivamente Él responde las oraciones de sus hijos, y también en algunas ocasiones nos dice que ya viene en camino la respuesta, y aquí es donde entramos en confusión porque queremos que sea de inmediato. Que al abrir los ojos al otro día ya tengamos la respuesta, y por lo general no es así.

Las respuestas tienen un curso natural de alumbramiento, una cosa es el anuncio y otra cosa es dar a luz. Hay cosas que tardan más que otras…por simple naturaleza. Entonces dejemos que las respuestas de Dios se incuben en nosotros hasta que llegue el día de alumbramiento.

Más adelante dice que cuando oyeron los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella, es muy bonito cuando la gente que nos quiere ve la respuesta de Dios en nosotros. Cuando Dios contesta una oración trae alegría no sólo al que recibe el favor sino a todos los que ven que Dios es bueno y responde. Una gran bendición es recibir los favores de Dios quedando un testimonio de nuestro gran papito que tenemos.

Tal vez no toda la gente, pero si hay algunas personas que empiezan a acercarse a Dios sólo por que ve que a nosotros Dios nos responde. Que no añade tristeza con nada de lo que nos manda, que su bendición y favor son grandes.

Por otro lado, no debemos de perder la capacidad de asombro y gozarnos con aquellos que amamos, cuando Dios les responde.

Armando Carrasco Z.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Creer, creer, creer. Lucas 1:45

"Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor."

Lucas 1:45

Este versículo me tiene impactado. Vamos a empezar por lo que quiere decir bienaventurada, el diccionario explica que significa “Feliz” ó “ afortunado” por lo que la primero que vemos es que Elisabet le dice a María que es afortunada por lo que le ha pasado.

Por lo general cuando leemos “afortunado” como que lo asociamos con mucha suerte, pero la primer definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que fortuna es un encadenamiento de sucesos considerados como fortuitos. Como cristianos podemos ver que esos asuntos “fortuitos” son realmente sucesos divinos, sucesos donde se ve la intervención de Dios.

Y podemos ver claramente la gracias de Dios para con María, ella no tuvo que hacer absolutamente nada para recibir lo que recibió, ella fue escogida, seleccionada por gracia. Y Elisabet le dice “afortunada”. Pero lo que sigue también nos da un panorama, porque inmediatamente después le dice “la que creyó”. No dice “afortunada porque creyó” sino “la que creyó”. Que quede claro que la gracia de Dios fue absoluta.

María ni siquiera fue escogida por que creyó. Sin embargo lo hizo. Después dice “porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor” nótese que la frase quiere decir que María es bienaventurada porque se va a cumplir lo que Dios le prometió, no porque ella haya creído.

Con esto no quiero minimizar la fe que tuvo María para creerle a Gabriel su mensaje, en las primeras clases estudiamos la diferencia entre María y Zacarías, uno que dudó y la otra que creyó pero vimos que a los dos se le cumplió lo anunciado.

Cuando Dios te anuncia algo dalo por hecho de que sucederá, cuando Dios habla se cumple, eres “afortunado” aún antes de que recibas lo que Dios te ha anunciado. Procura ser como María, ser un creyente de lo que Dios anuncia.

Ahora bien, la clásica pregunta; ¿cómo puedo saber qué me está anunciando Dios? La respuesta es fácil, pero no tanto el ponerla en práctica. Hay dos formas. Una que es cuando Dios en su soberanía te manda un mensaje estés en la condición que estés, en otras palabras, no importa si oras, no importa si estas leyendo tu Biblia, no importa si te congregas, Dios se las ingenia para hablarte y que estés seguro que es Dios. Esto no sucede muy a menudo pero sí llega a suceder, por lo general es cuando Dios tiene un anuncio que no puedes dejar de escuchar.

Pero la otra forma es un tanto más difícil, es aprender a escuchar la voz de Dios, es aprender a conocer cómo habla él, de hecho es una de las primeras cosas que se restauran cuando uno nace de nuevo. Pero debemos crecer en reconocer su voz, dice la Biblia que los suyos oyen su voz, la reconocen y la siguen.

Parece fácil, pero cuando vamos creciendo como cristianos las cosas se complican, empezamos a tener más conocimiento, a tener mas “experiencia”, mas “tablas” y vamos perdiendo, sin darnos cuenta, nuestra capacidad de oír Su voz, Su preciosa y Su invaluable voz. Creo que debemos esforzarnos diario a escuchar su voz, es más todas nuestras decisiones deberían estar basadas en lo que escuchamos de Él.

Armando Carrasco Z.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Llenos del Espíritu Santo Lucas 1:41

”…y Elisabet fue llena del Espíritu Santo.”
Lucas 1:41


Este es uno de mis principales temas favoritos. Esta frase de “llena del Espíritu Santo” dice tantas cosas. Es tan profundo que se han hecho mil controversias de este fragmento de la escritura.

Realmente no quiero entrar en polémica, lo que si quiero es ver qué es eso de ser lleno del Espíritu Santo.

Lo primero que quiero ver es “lleno”, ¿esto quiere decir que hay medidas de “llenura”? hay quienes dicen que no puede ser esto porque una vez que recibes a Cristo toda la plenitud de la Deidad está en ti, por lo que no puedes ser llenado por partes, y entiendo muy bien el argumento y creo que tienen razón, sin embargo me inquieta que la Biblia diga varias veces de algunas personas que fueron llenas del Espíritu Santo. Yo creo que es una visitación especial de Dios, es como un sumergirse completamente en él. Yo creo que por algo Jesús habló de los odres y del vino nuevo. Yo creo que somos como odres, en otras palabras que somos como recipientes y el vino nuevo es el Espíritu Santo. Yo creo que una cosa es ser hijo de Dios nacido de nuevo y ser templo de Dios y otra cosa es ser lleno de Él.

En lo personal creo que la llenura rebasa el área del espíritu que es donde mora nuestro Señor, yo creo que una llenura del Espíritu Santo es una llenura total que se puede dar en momentos, esto es que es afectado nuestra alma y nuestro cuerpo.

Por eso es que muchas veces en una visitación del Espíritu puede haber ciertas manifestaciones almáticas y a veces hasta corporales.

Una llenura del Espíritu Santo es una expansión de Dios en todo nuestro ser. Haber nacido de nuevo y tener a Dios viviendo en nosotros no provoca algo que podamos sentir, simplemente lo creemos por fe y punto, sin embargo la llenura del Espíritu Santo es imposible pasarle desapercibida. Por que nos llena por un momento el alma y el cuerpo. Y se siente. Es notorio, Lucas lo describe y anota que Elisabet fue llena del Espíritu Santo. Si quisiera decir que fue salva creo que lo hubiera dicho pero no lo hizo y no lo hizo porque todavía no era derramada la Sangre de Cristo para su perdón. Fue una experiencia diferente. Era temerosa de Dios pero todavía no había creído en su Salvador, sin embargo fue llena del Espíritu Santo.

Creo que todos los cristianos deberíamos buscar ser llenos del Espíritu Santo. Es verdad ya vive Dios en nosotros, ahora tenemos que buscar que Él se manifieste en nosotros, con una llenura de ÉL.

En un estudio posterior veremos lo que es la omnipresencia de Dios y la presencia manifiesta de Dios. Esto nos ayudará a entender un poco más esta situación de ser llenos del Espíritu Santo.

Peor me impacta muchísimo que Elisabet fue llena del Espíritu Santo cuando llegó María. En ese momento su estado maternal era profético. Llevaba dentro de ella misma al Salvador, Jesús vivía en ella. Y cuando llegó con Elizabet, saltó Juan y fue llena del Espíritu Santo. Así debemos ser nosotros. Llevamos a Jesús dentro, cuando lleguemos a un lugar el impacto debería ser igual. Que los Juanes de Dios se regocijen y las Elisabet sean llenas del Espíritu Santo. Debemos dejar que verdaderamente Dios gobierne nuestras vidas. Que sea más Él que nosotros. Y que donde lleguemos se mueva el Espíritu Santo.

Armando Carrasco Z