lunes, 28 de diciembre de 2009

Se vale consultar. Lucas 6:12-16

“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote, Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.” Lucas 6:12-16

Ahora veamos otro lado del pasaje. Yo creo que esto no solo nos enseña a que debemos orar cuando tenemos frente a nosotros decisiones importantes. Yo creo que este versículo nos empuja. Si después de saber lo que hace Jesús seguimos tomando decisiones importantes sin consultar a Dios, creo que estaríamos en franca rebeldía.

La soberbia empieza precisamente en ese momento, cuando tienes una decisión importante y no lo consultas a Dios. Él tiene la respuesta exacta y precisa a ese asunto en particular. No consultarlo es creer que tú tienes más capacidad que Él.

Un engaño muy común es creer que a Dios no se le molesta con nuestros asuntos, pero la verdad es que la Biblia enseña lo contrario, Él quiere participar con nosotros, el nos programó de una manera en la que dependamos de Él.

Al no conocer nuestra constitución espiritual decidimos tomar las decisiones sin consultar a Dios y las cosas empiezan a salirse de control. Aún cuando por encima parezca que todo va bien.

Es obvio que no vas a consultarlo para toda decisión diaria, pero sí debes tomarlo en cuenta en las decisiones importantes de tu vida.

Es necesario inclusive, aprender a orar por largos momentos. No sólo debemos hacer oraciones de mañana antes de salir al trabajo y en las noches al acostarnos, eso está muy bien, pero también necesitamos aprender a apartarnos por periodos más prolongados. De horas tal vez y en algunos casos extremos de días.

Y créeme una cosa, nunca regresarás de eses momentos con las manos vacías.

Armando Carrasco Z.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Citas con Dios. Lucas 6:12-16

“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote, Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.” Lucas 6:12-16

Este es un pasaje donde la enseñanza es muy clara acerca de algo que Jesús siempre hizo. Cada vez que debía tomar una decisión importante, se ponía a orar. Y no poco tiempo, sino toda la noche.

Es una enseñanza en la que nos permite ver su total dependencia de su Padre, Él sabía que cualquier decisión traería repercusiones eternas y no podía darse el lujo de fallar.

Lo primero que vemos es que se “…fue al monte a orar…” esto nos dice que apartó un tiempo específico para estar en oración. Seguro que Él mantenía una relación de todo el día con Dios, pero hubo momentos en los que fue necesario apartar un tiempo específico para orar.

Esto debemos aprender los cristianos, es muy bonito hablar con Dios y mantener una conciencia de Su existencia las veinticuatro horas del día, pero también es necesario tener tiempos dedicados exclusivos para Dios.

Tiempos que apartamos específicamente para estar con nuestro Papá. En los que hacemos a un lado todo y nos enfocamos al 100% a Dios. Estas son nuestras citas divinas con Él, en las que dedicamos nuestro tiempo a estar a solas con Él.

Y mira esto es necesario cuando debemos tomar algunas decisiones importantes, créeme que esto ayuda muchísimo, es más no deberíamos concebir la idea de tomar decisiones sin consultarlo. Sus consejos son valiosos pero más cuando en oración entendemos algún propósito divino en nuestras decisiones.

Pero también es increíblemente hermoso pasar ratos a solas con Dios por el puro gusto de estar con Él. Buscarlo no sólo cuando tenemos problemas, o cuando necesitamos dirección para una decisión sino solo para estar con Él.

Aprender a contemplarlo solo por lo que Él es. A maravillarnos de su presencia y su hermosura. Sin importar nada, absolutamente nada de nuestra vida. Sino sólo a disfrutar de su presencia.

Armando Carrasco Z

lunes, 7 de diciembre de 2009

Promotores no perseguidores. Lucas 6:6-11

“Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y lo acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. Más él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa;¿Es lícito en día de reposo hacer el bien, o hacer el mal?¿Salvar la vida, o quitarla? Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. Y ellos se llenaron de furor; y hablaban entré sí qué podían hacer contra Jesús.” Lucas 6:6-11

Se enojaron. Es impresionante pero los fariseos se enojaron. Ellos que se decían conocer al Dios altísimo y ser hijos de Abraham. Se enojaron cuando Jesús hizo el bien a un pobre hombre que había sufrido mucho tiempo, tal vez toda la vida con su mano derecha seca.

El corazón de los fariseos estaba enfocado en las formas, estaban más pendientes si era sábado o no. Recordemos que la ley prohibía hacer determinadas cosas en sábado. Pero olvidaron que el hombre es más valioso que la Ley, olvidaron que la Ley se hizo para el hombre.

A Dios le importa más sanar a uno de sus hijos, que fijarse si es sábado. Eso es lo que quería enseñar Jesús. Él se dio cuenta que lo acechaban en esa ocasión no sólo para ver si podía sanar a este hombre sino para que cometiera “el gravísimo” error de sanarlo en sábado.

La mente de estos fariseos estaba completamente desenfocada de los propósitos divinos, no conocían el corazón paternal, amoroso y misericordioso de Dios. Ellos se habían hecho a la idea de que cumplir la Ley ero lo máximo para sus vidas, aún más que ser sensibles al corazón del Padre.

Aún hoy hay fariseos, como le estudiamos en el mensaje pasado. Estos fariseos buscan más que se cumplan las tradiciones, sin importarles el corazón del Padre. Se hacen insensibles a la voluntad del Padre sólo por cumplir a como de lugar las tradiciones.

Y créeme hay hombres allá fuera, viviendo todos los días con su dolor. Es tanto su dolor que el clamor de todos los días a Dios es “sáname” “por favor Dios que no aguanto más” y debemos estar en sintonía con ese dolor y sobre todo en sintonía con el corazón de nuestro Dios.

Este hombre que estaba en la sinagoga, seguro no le quitaba la mirada a Jesús, lo más probable él ya había escuchado del poder de sanidad que fluía de Jesús, y estaba atento a todo. Cuál sería su sorpresa cuando Jesús lo llamó y le pidió que extendiera su mano. Quedó sano. En un momento quedó completamente curado de algo que pareciera imposible curarse. Su vida cambió radicalmente en tan solo unos momentos. A él no le importo si era sábado o no, lo único que vio fue el amor que se hizo patente en el poder de Jesús. Yo creo que él no dijo “wow, me curó en sábado” no, no y no. Seguro que lo único que le importó es que ya estaba sano. Conoció a un Dios determinado en manifestar su misericordia.

A los otros no les importó la sanidad, sólo les importó que el milagro se haya hecho en sábado. A ese nivel estaba endurecido su corazón. Para ellos era más importante “guardar” el sábado que la sanidad del hombre.

Lo tremendo es lo que leemos al final de este pasaje: “…y ellos se llenaron de furor; y hablaban entré sí qué podían hacer contra Jesús.” Para ellos todo pasó a segundo término, su misión ya no era verificar si sanaba en sábado, su misión ahora era ver qué podían hacer contra Jesús.

Un corazón entenebrecido por el legalismo no sólo impide que Jesús se mueva en libertad mostrando misericordia, sino que es tal su afán de querer tener la razón que llega al grado de perseguir al mismo Dios.

Una meta que todos deberíamos ponernos en nuestra vida es ser sensibles al corazón de nuestro Padre y conocerlo más de cerca para ser promotores de Él y no perseguidores de Él.

Armando Carrasco Z.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Dios está vivo, que no se nos olvide. Lucas 6:6-11

“Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. Y lo acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. Más. él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa;¿Es lícito en día de reposo hacer el bien, o hacer el mal?¿Salvar la vida, o quitarla? Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. Y ellos se llenaron de furor; y hablaban entré sí qué podían hacer contra Jesús.” Lucas 6:6-11

Hay muchas cosas que podemos ver en este pasaje pero nos estacionaremos en dos puntos.

Primero, Una de las actividades que más hizo Cristo en la Tierra fue enseñar. Le gustaba enseñar lo que sabía y lo que conocía. Compartía sus conocimientos con todo mundo no sólo con sus apóstoles. En este pasaje vemos que enseñaba en el templo a toda la gente. En otros pasajes vemos que Cristo les explicaba cosas sólo a su equipo de apóstoles. Sea a unos cuantos o a todos, le gustaba enseñar.

Enseñar implica compartir lo que tenemos. Mucho de lo que aprendemos por experiencia en la vida se puede transmitir por la enseñanza. Cuando alguien enseña lo que ha aprendido muestra un corazón compartido, sensible a las necesidades de la gente. Ese es el corazón de Jesús, un corazón que no se guardó nada para Él, nos compartió todo, incluyendo su vida.

Y mucho de lo que nos compartió fue a través de enseñanzas. Muchas de sus enseñanzas de hace dos mil años, siguen cambiando vidas hoy. Son enseñanzas con verdades eternas que nunca pasan de moda y tampoco pierden poder.

Por lo que una de nuestras actividades debería ser; conocer todas las enseñanzas de Cristo, aplicarlas en nuestra vida y compartirlas.

Segundo punto, Él enseñaba no sólo con palabras, sino con ejemplos, independientemente de que toda Su vida fue una enseñanza, Nuestro Señor a veces usó ejemplos impresionantes como este donde a parte de enseñar con alguna palabra nos enseñó varias cosas más; una que Dios ama a la gente y que está por encima de cualquier formato religioso, por otro lado nos enseñó que salvar una vida es mucho más importante que guardar los rituales de los mismos formatos religiosos.

Cualquier formato religioso, sea cual sea, se mantiene operando con rituales y sistemas que muchas veces con el paso del tiempo seguirlos al pie de la letra son más importantes que hacer las cosas que Dios quiere que hagamos. Trabajamos para el formato y no para Dios.

Esto incluye a las denominaciones cristianas, empiezan con una pasión por seguir al Dios vivo y Dios los multiplica, pero conforme va pasando el tiempo esa pasión se convierte en formulismos y rituales, acabando por convertirse en una serie de mecanismos para continuar con el movimiento. Y cuando se presenta nuevamente Dios ya ni lo pueden reconocer, porque su mente se ha formateado de tal manera para hacer sólo lo que el manual de instrucciones de su congregación dice.

Los fariseos siempre han existido y todos absolutamente todos tenemos la posibilidad de convertirnos en uno de ellos. Ese es un peligro real. Yo creo que una de nuestras más apasionadas oraciones debería ser que nuestro Amado Padre nos libre de caer algún día en una religión que un día no pueda ni siquiera reconocerlo. Una cosa me queda clara, depende de nosotros.

Armando Carrasco Z

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hablar de Dios sin conocerlo. Lucas 6:1-5

“Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos. Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Porqué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo? Respondiendo Jesús, les dijo:¿ Ni Aún esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él? Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.” Lucas 6:1-5

Los fariseos nunca han dejado de existir. Son aquellas personas que viven para someter a otros a un sistema que requiere seguir formatos. Ellos hacen formatos de todo, una vez que tienen un formato buscan gente que se dedique en cuerpo y alma a seguir dichos formatos. Para ellos el formato lo es todo. Es su guía de vida y su manual de operación. Ay de aquél que no lleve a cabo los formatos en su vida.

Cuando ya tienes un formato establecido es muy fácil seguirlo, y es muy fácil identificar quién no lo sigue. Por eso es que para el fariseo el formato lo es todo.

En este pasaje vemos que Jesús y sus discípulos tuvieron hambre y cortaron espigas sin lavarse las manos, estaban unos fariseos observándolos y de inmediato los acusaron de no guardar el sábado.

Jesús con la misma Palabra les contestó lo que había hecho David. Y se enfocó directamente a Su Padre. Él estaba convencido que podía entrar a la “Casa de su Papá” y comer. ¡Era su casa!

Igual nosotros debemos caminar con plena certeza que podemos entrar a la casa de nuestro padre con plena confianza. No pensando en los protocolos. Mucho menos en los formatos. Es la casa de Papá y Él siempre nos dice “Bienvenidos”.

Los fariseos por lo general saben mucho de Dios, conocen muchos rasgos generales de Dios, es más enseñan de Él. Lo predican, pero hay un pero. No lo conocen, ni tienen una relación íntima con él. Y eso cambia todo.

La mejor forma de convertirse en un fariseo es llenarse de conocimiento de Dios sin conocerlo personalmente. Y por el contrario, el antídoto natural para evitar el fariseísmo es conocer personalmente a Cristo. De nada sirve mucho conocimiento si no lo conoces de manera personal, de nada sirven los institutos bíblicos sino se lleva una relación con Dios.

Dios no está buscando expertos en teología, está buscando hijos. A Dios le gusta cuando un hijo suyo lo busca sólo para decirle que tiene hambre y Dios le contesta “esta es tu casa, come lo que quieras”.

A veces después de tener un encuentro personal con Cristo, nuestra vida empieza a tomar un giro hacia el conocimiento. Aclaro tener conocimiento no es malo, es más creo que es necesario, pero lo que sí debemos tener cuidado es que no vayamos a intercambiar nuestra relación personal con Dios por conocimiento. La línea es muy delgada, porque como el tema es Dios, podemos pensar que esa es nuestra relación con Él. Puedes hablar de Dios sin conocerlo. Es mejor conocerlo para poder hablar de Él.

Armando Carrasco Z.

martes, 17 de noviembre de 2009

Se trata de las estructuras. Lucas 5:36-39

“Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar, y lo uno y lo otro se conservan. Y ninguno que beba del añejo, quiere luego del nuevo; porque dice El añejo es mejor.” Lucas 5:36-39

Del vino nuevo lo podemos seccionar en dos partes. Una parte en todos los movimientos de Dios que tiene dentro del cristianismo universal y la otra en Reformas.

La primera me refiero a revelaciones divinas que afectan a toda la Iglesia, que “afectan” en el buen sentido de la palabra. Por ejemplo, el hablar en lenguas. Fue una revelación por parte de Dios que afectó el cristianismo en su momento. Muchas denominaciones no lo aceptaron y todavía no lo hacen, por muchas razones, una de ellas, es que para poder practicar el hablar en lenguas tendían que cambiar ciertas estructuras. Y esa simple razón impidió que el hablar en lenguas se introdujera en la mayoría de las congregaciones. Entonces esas verdades que Dios revela cada determinado tiempo necesitan un cambio de estructuras para poder saborear ese vino nuevo. En este renglón podemos ver que las estructuras que hay que cambiar no implica el cambio de todo el odre en cuanto a estructura, sino más bien odre de contenido.

Pero la otra parte son las reformas. En una reforma es más enfático el punto del cambio de odres porque se refiere a todo el sistema estructural de la Iglesia, en esta parte los cambios deben ser más dramáticos y profundos, en este cambio de odres no se puede “parchar” los odres, no se pueden tomar ciertas verdades y acoplarlas a la estructura establecida.

Por eso es que la Reforma actual que está viviendo la Iglesia, es una reforma de estructura. Mira cuando Paul Yongi Cho tuvo tanto éxito con su crecimiento “celular”, aquél de tener una reunión general y tener reuniones pequeñas en casa. Entonces la mayoría de las Iglesias del mundo quisieron imitar el modelo y lo adecuaron a la estructura de la iglesia y pasaron los años y no funcionó, sólo se quedó como una actividad extra de la iglesia. Por una sencilla razón. Se tenían que cambiar estructuras. La reforma actual de Iglesia requiere un cambio dramático de estructuras. No es suficiente con adoptar tendencias o modas para estar “a la vanguardia”, se requiere una estructuración nueva desde sus cimientos.

La Reforma actual es de estructuras. Principalmente la de cambiar el sistema sacerdotal a la del sistema del nuevo pacto. La iglesia adoptó un sistema sacerdotal que no ha sido quitado de la Iglesia. Lutero hizo un cambio de contenido pero dejó las estructuras sacerdotales. Y sobre esas estructuras sacerdotales se ha edificado la Iglesia por mucho tiempo.

Para poder entrar a la Reforma actual de Dios es necesario tirar todos los cimientos del sacerdocio unilateral para poder poner cimientos de sacerdocio de la Iglesia. No hay línea divisoria entre laicos y ministros. En el momento que hay profesionales para encargarse de los asuntos de Dios, en ese momento se relega el verdadero fundamento de la Iglesia, que es Cristo como Señor de ella. En el antiguo testamento se requería que una persona especial se encargara de los asuntos de Dios, pero en el nuevo pacto se nos enseña que cada uno de nosotros tenemos accesos directo a la presencia de nuestro Dios.

Esto no está peleado con las diversas funciones del cuerpo, en el que hay apóstoles, profetas, evangelistas pastores y maestros, sino que se manejan por función y no por título. Ellos son tan iguales como los otros cristianos. Lo único es que su función es diferente, no especial sino diferente.

Si queremos entrar en la nueva Reforma de Dios, tenemos que estar preparados para cambios radicales de estructuras.

Armando Carrasco Z.

lunes, 9 de noviembre de 2009

¿De qué cosecha eres? Lucas 5:36-39

“Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar, y lo uno y lo otro se conservan. Y ninguno que beba del añejo, quiere luego del nuevo; porque dice El añejo es mejor.” Lucas 5:36-39

La parte final de este pasaje es reveladora para entender algunos aspectos de la religiosidad. El hombre es un ser de costumbres, de todo hace una costumbre, por inercia lo hacemos. En todas las áreas de nuestra vida. Desde las cosas más simples hasta las más complicadas. Por ejemplo hacemos nuestra ruta para ir al trabajo y nos habituamos tanto a esa ruta que muchas veces cuando tenemos que ir a otro lado la inercia de la costumbre nos lleva por la ruta que hemos hecho un hábito. Las empresas hacen procesos de trabajo para mejorar la calidad y eficientar la producción, pero genera una forma de vida habitual que provoca que el personal haga su trabajo de manera mecánica. Y todos están felices, el trabajador la empresa.

Todo esto está muy bien. Pero cuando hay que hacer un cambio, todos explotan, porque por años han hechos las cosas de una manera y están habituados a trabajar de una manera y de una forma. Decir cambio para muchos es la peor tragedia que puede pasarles, para otros les da flojera para otros es un pretexto de rebelarse, en fin, cuando aparece en el horizonte la palabra cambio, entonces sale a relucir lo mucho que el hombre se habitúa a las costumbres.

En el cristianismo es igual. La gente cuando conoce a Jesucristo como su Señor y su Salvador, sin que se lo proponga empieza a vivir su vida de acuerdo a nuevos patrones de vida. Que con el paso del tiempo se convierten en hábitos y costumbres de vida. Y cuando aparece la palabra cambio se resisten al grado que se atreven a decir: “el vino añejo es mejor”, “Las cosas que hemos hecho desde hace mucho tiempo son mejores de lo que Dios está haciendo ahora”. Prefieren quedarse con un viejo vino por no cambiar sus viejas estructuras. Si para ellos disfrutar del vino nuevo es romper con sus estructuras pasadas, prefieren entonces, quedarse con el vino añejo y abiertamente dicen “este vino es el mejor para qué cambiar”.

Y Dios los respeta. y les sigue enviando el vino que su odre puede contener. Como dijimos en el pasaje anterior, Dios nunca les va a dejar de mandar su vino. Su odre tiene la capacidad de contender el vino que Dios les ha dado.

Pero si una persona quiere vino nuevo. Tendrá que sobreponerse a los cambios. Y entrar en el periodo de transición. Prepararse mental y espiritualmente para los cambios que suceden en el cambio de odre. No es fácil. Hay formatos en nuestro cristianismo que nos definen. Mucho de las estructuras que tenemos, se han impregnado tanto en nosotros que forman parte de nuestra vida. Y cuando nos enfrentamos a cambiar de odres, nos enfrentamos con asuntos de nuestra vida misma.

La estructura es tan importante como el vino. De primera instancia tendemos a decir “El vino es más importante que la estructura” pero cuando entendemos que sin la estructura no podemos tener vino, nos damos cuenta que el vino y el odre son inseparables. El vino conforma al odre y el odre indica el vino.

La pregunta es ¿de qué cosecha eres? ¿Cuál es el vino que contiene tu odre? ¿Tu estructura tiene la capacidad real de contener la verdad presente de Dios? Dime tu odre y te diré qué vino tienes. Puedes hablar mucho del vino nuevo. Pero otra cosa es saborear del vino nuevo.

Armando Carrasco Z

lunes, 2 de noviembre de 2009

Hablando de las estructuras. Lucas 5:36-38

“Les dijo también una parábola: Nadie corta un pedazo de vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar, y lo uno y lo otro se conservan.” Lucas 5:36-38

Este es uno de los pasajes que más han revolucionado mi vida. El impacto sobre mi, empezó hace años y todavía hoy después de 7 años, todavía sigue activo. Creo que es un pasaje que prepara el terreno para destrucción y edificación de cimientos.

En el pasaje anterior vimos que Jesús les hablaba de los tiempos para hacer las cosas, vimos que Juan inició un mover de Dios muy impactante para su época y con muchos frutos. Y vimos que todo mover tiene su tiempo. Y en este pasaje vemos que sigue hablando de lo mismo, pero ahora más enfocado y más directo.

En ese momento Jesús se estaba refiriendo al nuevo pacto en relación al antiguo pacto. Les estaba diciendo que el nuevo pacto no podía ser contenido en las estructuras del antiguo pacto. La gente del antiguo pacto al ver a Jesús intentaba meterlo de inmediato a las estructuras del sistema sacerdotal.

Inmediatamente Jesús pone las cosas en orden y les deja bien claro que es imposible combinar vino nuevo con odres viejos. El vino viejo se echa en odres viejos y el vino nuevo se echa en odres nuevos. La gente de esa época no entendían que se estaba formando un vino nuevo que estaba buscando nuevos odres.

Si tú compras una casa y quieres hacer un edificio de 30 pisos, no puedes usar los cimientos de la casa para levantar el edificio, debes tirar la casa y tirar los cimientos y levantar nuevos fundamentos y edificar el edificio nuevo.

Cuando Dios derrama vino nuevo, no se puede vaciar en odres viejos, entendamos que el vino son verdades presentes y moveres de Dios y los odres son estructuras físicas y organizacionales. Cuando Dios empieza un mover forma odres que tengan la capacidad de contener las verdades que Dios está revelando.

Cada odre tiene una clase de vino, el vino le da forma al odre y el odre nos puede señalar el vino que contiene. Pero a los odres que ya están conformados para un determinado vino no se le puede echar vino nuevo. Por eso cuando hay un mover de Dios y una congregación con un determinado odre quiere “implementar” el vino nuevo, simplemente no puede. Es imposible. Cuando se quiere disfrutar el vino nuevo solo hay un camino: crear odres nuevos. Es exactamente igual que el ejemplo de la casa. Necesitas tirar todo. TODO. Y empezar de nuevo. Es demasiado trabajo, es demasiado costoso. Pero vale la pena.

Dios no quiere destruir odres viejos, pero tampoco quiere derrochar el vino nuevo, a los que tienen sus odres establecidos les sirve el vino para el cual fueron hechos. Nunca les va a faltar su vino. Pero sólo podrán disfrutar del vino que pueden contener. Ahora bien, yo creo que Dios nunca deja de producir vinos, por lo que debemos aprender a hacer cambios dramáticos si queremos estar siempre disfrutando del vino más nuevo de Dios.

En el caso de Dios, es al contrario de lo que sucede con el vino de uva. El nuevo es mejor que el añejo. En Dios el mejor vino se sirve al último.

Armando Carrasco Z.

jueves, 29 de octubre de 2009

Los tiempos, la clave. Lucas 5:33

“Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y así mismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben? Él les dijo ¿Podéis acaso hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos? Mas vendrán días cuando el esposo les será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán.” Lucas 5:33

Hay un dicho que dice “Todo es cuestión de tiempo” y tiene más sabiduría que lo que aparenta tener. En este pasaje lo vemos perfectamente. Las personas religiosas pueden ser muy exactas en su apreciación de cómo se hacen las cosas pero pierden de vista el cuándo se hacen las cosas.

En muchas ocasiones hacer ciertas cosas no es lo que está mal, sino el tiempo en el que se hacen es lo que está bien o mal. El tiempo es el factor clave de cualquier mover de Dios. Poder identificar de manera precisa los tiempos de Dios es de las cosas que mayor prioridad debe tener nuestra vida.

En 1 de Crónicas 12:32 dice “De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.” Estas personas entendían los tiempos. Ellos sabían cuándo se debían hacer las cosas. ellos sabían los tiempos de Dios. Estaban perfectamente sintonizados a sus tiempos. Esta es la parte clave para salir de la religiosidad. Entender los tiempos. La religiosidad genera ambientes donde todo se estanca. Todo se detiene, hay actividad pero no se avanza, hay programas pero no sucede nada de trascendencia, hay predicaciones, oraciones, cantos, pero el ambiente sigue igual. Y cuando se encuentra una beta donde Dios se está moviendo se sacude todo el mundo, hasta el pequeño mundo creado por los cristianos que detuvieron el tiempo con activismo. Todo el mundo voltea a ver el mover de Dios y le dicen a la gente que se está moviendo con Él…¿por qué no haces las cosas como se han hecho desde hace muchos años?

Jesús les responde ¿Podéis acaso hacer que los que están de bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos? Exactamente lo mismo, les habla de los tiempos, hay momentos que no son para ayunar. Pero cuando somos envueltos en un manto de religiosidad, tendemos a perder de vista todo y queremos ayunar sólo porque así se ha echo por años.

El primer síntoma grave de ser religiosos es dejar de entender los tiempos. En todo su alcance. Cuando no tenemos la capacidad de entender los tiempos perdemos también la capacidad de estar con nuestro amado Dios. Simplemente porque nuestras fuerzas están enfocadas a hacer cosas, y no de saber dónde está Él. Entender los tiempos es nuestra brújula para localizar a Dios.

En este caso no tiene nada que ver la intención, todos los cristianos pueden tener la mejor de las intenciones pero si no entienden los tiempos y lo que está haciendo Dios, no podrán caminar a su lado, podrán ir atrás de Él, podrán ir adelantados, pero no podrán caminar a su lado. No entender no te quita el apellido, no entender no te excluye de su Reino, no entender sí te limita de ver las cosas que Dios está haciendo en el presente.

Jesús no les estaba diciendo si estaba bien ayunar o no ayunar, lo que les estaba enfatizando era que no era el tiempo de ayunar. Infinidad de veces nos sucede que nos ponemos a discutir doctrinas, moveres, teorías, y nos perdemos en discusiones interminables, que no nos hacen más que alejarnos de donde se está moviendo Dios. Cuando una doctrina te desvía de los tiempos de Dios, es mejor dejar descansar esa doctrina por un tiempo y ponerse a orar y buscar dónde perdimos el camino. Dios es más importante que toda doctrina. Dios es más importante que todo congreso, que toda reunión, Dios es lo importante, no hay otra cosa más importante que Él.

Armando Carrasco Z.

martes, 20 de octubre de 2009

Siempre con Él. Lucas 5:33

“Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y así mismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben?” Lucas 5:33

Es impresionante cómo se repite la historia vez tras vez. Empecemos por un hecho en particular, Juan en su momento representó todo un mover de Dios, todo un avivamiento. La gran mayoría de las personas de Jerusalén sabían quién era Juan. Fue un hombre de Dios importante en su momento. Hizo cosas que dejaron boquiabiertos a muchos.

Inclusive trajo nuevos conceptos, como el del bautismo. Era algo que se manifestó en ese mover de Dios. Recordemos que Juan tuvo un propósito bien específico, y era el de preparar el camino a Jesucristo, hizo toda una revolución en su momento.

Ahora bien, cuando llega Jesús trae consigo un nuevo mover de Dios. Con muchas cosas nuevas que la gente que vio lo que hacía Juan se quedaba boquiabierta, y tanto era su asombro que le preguntaron: ¿por qué tus discípulos no hacen lo mismo que hace Juan? Primero la gente se asombró con lo que hizo Juan pero después lo aceptó y lo institucionalizó. Lo hicieron regla, lo hicieron ley. Entonces cuando ven a Jesús hacer cosas diferentes pues lo relacionan con lo que ya conocían. Y fijémonos bien en este detalle; la gente relaciona lo que hacía Juan con lo que hacían también los fariseos. Los pone al mismo nivel. Una vez que la gente se acostumbra a la que Dios ha traído nuevo a la tierra lo hace religión. Los fariseos en ese entonces eran los religiosos de su época y Juan era la contraparte, pero en este momento de la historia la gente los pone en el mismo nivel.

Actualmente nos pasa lo mismo, cuando Dios trae un nuevo mover a la Tierra, al principio es tan novedoso que ofende hasta los mismos cristianos, pero con el paso del tiempo ya no espanta a nadie porque los mismos cristianos institucionalizan el mover de Dios lo meten en cuatro paredes, en lineamientos y reglas y termina por convertirse en una religión.

La gente cuando ve algo que Dios está haciendo nuevo lo primero que preguntan es que por qué no se hacen las cosas como se hacían antes, o por qué no se hacen las cosas como las hace tal o cual persona. Por la sencilla razón de que la gente hace muy fácil de un mover de Dios una religión.

La tendencia del hombre siempre es buscar caminos rutinarios que le faciliten las cosas. para el hombre es más fácil recorrer un camino ya hecho que abrir camino, mucho menos andar un camino en el que diario hay que hacer brecha.

Dios es un Dios de cambios. Y nosotros debemos ser hijos de cambios, acostumbrados a ellos. Esa debe ser nuestra forma natural de vivir. Buscar dónde se está moviendo Dios para movernos con Él. Los militares son removidos constantemente en diversas partes de la república y en algunos ejércitos, del mundo, los hijos de militares cambian tanto de ciudades y de escuelas que se crean con una cultura de cambio. No sólo están preparados al cambio, sino que están habituados al cambio. Cuando se estacionan más de un tiempo en algo, buscan la forma de cambiar. No pueden acostumbrarse a vivir rutinas. Habrá sus excepciones, como en todo, pero es un ejemplo claro de lo que debemos buscar. Nosotros somos hijos de un Dios militar, de un Dios guerrero. Y nosotros como sus hijos debemos estar habituados a los cambios.

Nuestra pregunta diaria debe ser: ¿dónde estás Dios? Porque quiero estar allí. Perfectamente a tu lado. En las mismas coordenadas al mismo tiempo. En ningún otro lugar. Siempre contigo.

Armando Carrasco Z

lunes, 12 de octubre de 2009

Vámonos al mundo. Lucas 5:27-28

“Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino pecadores al arrepentimiento.” Lucas 5:27-28

Cuando leemos estas líneas por primera vez nos indignamos y criticamos a los fariseos y a los escribas. Pensamos que estaban totalmente ciegos. Pero cuando nos va pasando el tiempo, cuando ya llevamos algunos años de cristianos, empezamos a dejar formar en nosotros una personalidad farisea. Todo el mundo que nos rodea es “cristiano”, nuestros amigos, nuestros compañeros, la escuela de nuestros hijos, los deportes, los tiempos de esparcimiento, y a veces hasta nuestro trabajo, hacemos una burbuja “cristiana” aislándonos completamente del mundo y empezamos a criticar a aquellos que se relacionan en el mundo.

Estamos completamente aislados y no tenemos ninguna influencia sobre los que tienen una necesidad de Dios. Estamos en nuestro “mundito” y perdemos la capacidad de entender que Dios nos ha puesto en este mundo para darle sazón y de alterar el curso de la historia, cosas que no podemos hacer desde una burbuja cristiana.

El factor común con los fariseos de los tiempos de Jesús y los fariseos actuales es que se creen buenos y perfectos. Creen que son tan santos que no pueden mezclarse con la chusma. Y empieza un espíritu de crítica que los hace perder una correcta perspectiva de la vida y del mundo real y lo peor pierden de vista al Reino.

Creo que una buena forma de alterar el curso de la historia de nuestra familia, colonia y ciudad es ir a ellos, a los perdidos a los que se les llama comilones y bebedores. No debemos hacer lo que ellos hacen pero sí debemos ir a donde ellos están. No podemos aceptarles emborracharnos con ellos pero cuando tengamos la oportunidad debemos predicarles y presentarles el mensaje del Reino y de la Gracia.

No podemos traer a todo el mundo a la Iglesia, más bien debemos llevar al mundo la Iglesia. Son tiempos en que la Iglesia debe ir al mundo. Debe Ir en una búsqueda de todos aquellos que están necesitados de Dios. Sin importar quién nos critique. Esto no es carta abierta para que los jóvenes se metan a centros de Table Dance a predicarles a las chicas. Eso tampoco estoy diciendo. Lo que estoy diciendo es que nos salgamos un poco de nuestras burbujas cristianas para poder alcanzar a los perdidos.

Yo creo que en esa mesa de Leví había gente con fama de borracha y de vidas desenfrenadas. Es más no dudaría que había gente que estaba tomando alcohol. Pero Cristo se estaba acercando a ellos para sanarlos. Los fariseos se creían tan justos que pensaban que no necesitaban de nadie para ser “más santos”.

Tengamos mucho cuidado que una vez que ya entregamos nuestra vida a Cristo creamos que somos tan santos que no podemos relacionarnos con los pecadores. Ciertamente somos santos, tanto que podemos relacionarnos de cerca con nuestro Padre. Pero es necesario llevar esa santidad a otros, estén donde estén. Porque una cosa es ser santo y otra muy diferente es creer que por relacionarnos con pecadores nos vamos a manchar de sus pecados. Su pecado no tiene la fuerza para mancharnos, pero nuestra santidad si tiene la fuerza para convertirlos.

Quiero enfatizarlo; no estoy diciendo que debemos ir a lugares promiscuos a evangelizar. Estoy diciendo que debemos de salir de nuestras cuatro paredes de “protección santa” y debemos relacionarnos con el mundo con el objetivo de presentarles las buenas nuevas.

Armando Carrasco Zamora

martes, 29 de septiembre de 2009

Cuando Él te llama. Lucas 5:27-28

“Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.” Lucas 5:27-28

Leví se convertiría en uno de los doce apóstoles. Y todo comenzó con este llamado. Tan peculiar. Cuando Jesús lo ve cobrando impuestos lo llama y Leví obedece. Pero hay muchas cosas atrás de este pequeño pasaje.

Ser cobrador de impuestos no era nada carismático, pagar impuestos nunca ha sido del agrado del pueblo, pero en la posición de este Leví era más acentuado, porque en ese entonces era mal visto que alguien del pueblo judío le cobrara los impuestos a los judíos. Se ha llegado a comentar que inclusive los tenían al margen de sus prácticas religiosas porque consideraban que estas personas estaban fuera del pacto. En estos pasajes relacionan publicanos y pecadores sin hacer distinción. Y Leví era un trabajador público. Era mal visto por los judíos.

Pero cuando Jesús lo vio pudo penetrar hasta su corazón y lo llamó. No le importó lo que le dijeran Él llamó a un publicano cobrador de impuestos. Estos cobradores tenían una mala fama de corrupción. Y curiosamente cuando Leví se convierte en apóstol se le llama Mateo, que quiere decir dádiva. Mateo se convirtió en un regalo para la Iglesia. De ser un cobrador de impuestos y vivir en medio de un mundo corrupto, se convierte en una dádiva para la Iglesia. Así hace las cosas Jesucristo.

Por toda la Biblia encontramos casos en los que un encuentro divino hace que el nombre de la persona cambie, desde Abraham hasta Pablo. Vemos el mismo patrón. Una visita divina cambia el destino de una persona, tanto que hasta Dios le cambia el nombre. Tal vez en nuestra época no se haga un cambio de nombre pero si hay un cambio de destino. Cuando Dios nos visita nuestras personas cambian y nuestros destinos también.

Antes practicábamos las peores cosas de la vida y cuando conocemos a Jesucristo cambiamos radicalmente. Antes estábamos inmersos en un mundo de corrupción hoy, somos santos. Antes nos llamaban adúlteros, ladrones, mentirosos, hoy Dios nos cambia el nombre y nos llama “Regalo” o “Dádiva”. Los que nos rodean no lo creen, pero Él sí ha creído y nos ha cambiado de nombre.

En este pasaje vemos que Leví dejó todo para seguirlo. Creo que debemos imitarlo cuando Jesús nos llama. Debemos dejar todo lo que nos ata a una forma de trabajo. Cuando escuchamos la voz de Jesús llamándonos debemos inmediatamente dejar todo lo que nos ata y seguirlo. Leví no le dijo “déjame orar y pensarlo” o “déjame platicarlo con mi esposa” Hay llamados que deben ser inmediatos, llamados que deben tener un sin al momento. Esto no quiere decir que vamos a hacer cosas imprudentes, me refiero a llamados genuinos de Dios en los que sabes de que sabes que es Dios el que está llamándote.

El llamado de Dios implica un cambio interno, el cambio de nombre no es superficial, más bien es el resultado de los cambios internos que se generan cuando decidimos recibir a Cristo. Y más aún cuando nos pide hacer una tarea específica. Esos cambios internos son los que provocan un nuevo nombre. Un nombre de acuerdo al destino y la naturaleza de nuestro llamado. De nada serviría tener un nuevo nombre si no tenemos un propósito y un cambio interno.

Me imagino que la gente que conocía a Leví se quedaba sorprendida por el nuevo nombre que tenía. Tal vez conocían a Leví como una persona que pedía “dádivas” o mordidas como le decimos en México, y ahora en Cristo su nombre era dádiva. Qué ironía. Y tal vez la gente no se daba cuenta de los cambios internos que estaban produciéndose en él, sin embargo con el paso del tiempo nos damos cuenta que Mateo fue un verdadero regalo a la Iglesia y nos dejó por escrito un evangelio.

Armando Carrasco Z.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Superando la ficción. Lucas 5:24-26

“Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. Y todos sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas” Lucas 5:24-26

Ninguna película, ninguna ficción supera la realidad de Jesucristo. Se pueden hacer muchas historias de milagros y grandes acontecimientos pero experimentar en persona una sanidad divina es algo muy pero muy superior. Ver a Dios hacer milagros, es hacer efectiva la fe y es traer a vida la esperanza. Cuando vemos milagros nuestra fe se activa y nuestra esperanza se renueva. Yo se muy bien que no debemos promover poner la fe por los milagros, somos hijos de Dios por fe y no necesitamos de milagros externos para creer, de eso estoy completamente convencido. Pero aún así cuando sucede un milagro frente a nuestros ojos, la fe se afianza.

Y sucede algo más. brota en nosotros un temor dentro de nosotros por ver a Dios tan cerca y tan tangible. Aún los que viven por fe sin querer ver el poder de Dios ni milagros, cuando sucede un milagro auténtico y de gran magnitud, la constante es un temor de ver a Dios.

Dice la Biblia en este pasaje que esta gente que presenció el milagro estaban llenos de temor, y sí decían alabanzas y se maravillaban de las cosas que estaba haciendo Dios con ellos pero lo que sentían era temor. A veces se le ha querido decir que era un temor santo o que un temor reverente. Pero sinceramente creo que era temor a solas. Y no tiene nada de malo. A final de cuentas es un encuentro divino cercano. Un encuentro personal con Dios. Tener temor es lo más natural que le puede suceder a alguien normal. Se te vienen tantas cosas a la cabeza que empiezas a sentir un gran temor por lo que estás viendo.

Yo sé que muchos van a decir “ si tienes una buena relación con tu Padre…es imposible sentir temor…” y cosas por el estilo. Ya los quiero ver, cuando un muerto resucite y los vaya a visitar a su casa. Ya los quiero ver sin temor. En este caso el temor es algo natural. No tratemos de disfrazarlo como temor “reverente”. Es temor y punto. A través de toda la Biblia lo podemos ver. Cuando Dios se presenta con alguien y queda espantado, Moisés fue uno de ellos, los pastores cuando se les dio el aviso del nacimiento de Jesús, en fin hay muchos pasajes donde podemos ver el temor que genera ver cosas divinas. E insisto…no tiene nada de malo.

En lo particular creo que todos deberíamos experimentar ese temor. Creo que sería muy bueno tener experiencias divinas que provocaran ese temor en nosotros. A muchos nos hace falta. Porque a veces la rutina de la vida hace que parezca que Dios está demasiado lejos de nosotros. Pareciera que Él está muy lejos en el cielo y que de vez en cuando abre el sobre de nuestras oraciones, esa rutina que hace que los cristianos bajen la guardia en muchos aspectos de su vida. Una experiencia de este tipo creo que los activaría de nuevo. Sin embargo se que también Dios quiere que maduremos y que no estemos dependiendo de experiencias sobrenaturales para afianzar nuestra fe.

Es necesario saber que no tiene nada de malo sentir temor por ver las maravillas de Dios. Al fin y al cabo somos hombres y Él es Dios. Pero es más importante saber que Dios quiere que maduremos al grado de no necesitar experiencias maravillosas para alabarle. Podemos cantar alabanzas para exaltarlo sin tener que ver grandes maravillas. Él es Dios y es nuestro Dios. Él nos pide que le creamos, que seremos bienaventurados si le creemos, aún sin ver sus maravillas.

Alabarlo sin ver grandes maravillas, cantarle sin tener que sentir temor por verlo tan cerca es una de las grandes cosas que podemos hacer en la vida.

Armando Carrasco Z.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Vete a tu casa. Lucas 5:24-26

“Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios.” Lucas 5:24-26

Ahora estudiemos desde el punto de vista del enfermo. Ya vimos que era un paralítico que no podía moverse y dependía de sus amigos. Para poder llegar a ver a Jesús. Este paralítico tenía dos cargas en su vida, por un lado se enfermedad y por otro su pecado. Y de las dos cosas quedó libre después de la visita a Jesús.

Jesucristo le pide dos cosas a este paralítico después de decirle que se levante; primero le dice que tome su lecho. Su sanidad no requirió de terapias intensivas de recuperación. Cuando una persona se recupera de algún tipo de parálisis se necesitas mese y a veces años para una total recuperación. Pero en este caso la sanidad fue inmediata y completa, recordemos que este hombre estaba tan afectado por su parálisis que no podía valerse por el sólo. Tenía que estar acostado. Y aún así su sanidad fue completa e inmediata.

Por eso cuando Jesús le pide que tome su lecho, es tan asombroso verlo que no sólo se pudo levantar y caminar sino tomar su propio lecho. Y dejar bien claro la asombrosa sanidad que recibió. Por otro lado su lecho representaba toda su depresión que le generaba estar enfermo, ya que por mucho tiempo estuvo esclavizado a su lecho. El hecho de tomar esa cama con sus propias fuerzas significaba empezar a caminar en la libertad que Cristo le estaba dando. Y por otro lado, imagínate lo que habrá sentido la gente que no pudo ver el milagro en primera fila, cuando sale caminando por sus propios pies de aquella casa y cargando personalmente su propio lecho. Dice la Biblia al final de este pasaje que se fue “…glorificando a Dios.”

La otra cosa que le manda Jesús es que se vaya a su casa. No le pide que vaya al templo. No le pide que lo siga. Le pide que se vaya a su casa. Un enfermo de parálisis afecta todo el sistema operativo de un hogar. Porque todos tienen que ayudar al enfermo. Y por mucho que lo amen afecta a la familia. Por eso Jesús le dice vete a tu casa. Todos se pusieron muy felices al ver a este hombre sano.

La casa siempre ha representado el lugar donde encontramos seguridad, descanso, alegría, y muchas cosas necesarias para el sano convivio del hombre, aún estando enfermo la casa representa algo especial. Y Jesús quería que este hombre disfrutara ahora su casa estando sano. Por el hecho de ver que había hombres que se dispusieron a brincar todas las barreras con tal de que Jesús orara por él, nos indica que era un hombre muy querido y muy amado. Ese día nadie lo olvidó, ni él ni sus amigos ni su familia.

La casa es el primer punto para festejar nuestras liberaciones. Podemos compartir nuestra alegría con amigos en la calle, podemos hacerlo con los amigos del trabajo, pero donde más disfrutaremos de compartir nuestra libertad o sanidad es en la casa, con nuestra familia y con nuestros amigos íntimos.

El perdón de pecados y la sanidad de este hombre provocaron un grito constante de alabanza. Dice la Biblia que se fue a su casa glorificando a Dios. ¿has oído un “bendito sea Dios” dicho con el corazón? El ambiente cambia totalmente. Un corazón agradecido cambia el ambiente. Este pasaje de sanidad es uno de los más completos donde vemos, perdón de pecados, sanidad y agradecimiento.

Armando Carrasco Z.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Oración de gobierno. Lucas 5:24-26

“Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a sus casa, glorificando a Dios.” Lucas 5:24-26

En esta parte del pasaje podemos aprender mucho de la oración gubernamental. La oración de gobierno se basa principalmente en tres puntos; primero en conocer la voluntad del Padre, segundo, en tener fe para saber que estamos orando por algo que Dios quiere y tercero hacer oraciones de mandato.

A veces oramos para que Dios bendiga lo que hacemos, y no pasa nada y a veces hacemos lo que Dios bendice y suceden las cosas aún sin que oremos. Simplemente porque estamos haciendo lo que Dios bendice. Estar en Su voluntad es ganancia. Ahora, saber su voluntad por lo que vamos a orar es un principio poderoso para tener oraciones respondidas. Jesucristo sabía exactamente lo que quería el Padre y oró de acuerdo a Su voluntad. Muchas veces alguien se nos acerca y nos pide que oremos por el o ella, y por inercia oramos, sin ni siquiera preguntarle a Dios cuál es su voluntad. No podemos decirle a la gente “no voy a orar por ti porque no es la voluntad del padre” pero si puede cambiar mucho qué oramos y cómo lo oramos.

Una vez que conocemos la voluntad de nuestro Padre entonces debemos orar con la fe de la seguridad que estamos orando de acuerdo a Su voluntad. Pareciera que al saber Su voluntad, inmediatamente tendríamos fe para orar o hacer las cosas de acuerdo a Su voluntad, pero no es así. Muchas veces conocemos Su voluntad y aún así no tenemos fe para seguir adelante. Una cosa es saber cuál es la voluntad de Dios y otra muy diferente es creer que Dios va a actuar. Una oración con fe es muy diferente a una oración de esperanza.

La oración de fe provoca que cuando oremos lo hagamos dando mandatos específicos. Jesús no oró diciendo “Padre, te ruego que tomes en cuenta mi oración y esperamos que por imponer las manos este hombre paralítico sane…” No, Él no oró así, él dio la orden, él dijo “Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa”. Esa es una oración de gobierno. Es una oración que nos muestra todo un patrón. Debemos aprender mucho de este tipo de oraciones. Yo creo que Dios está esperando que oremos de esa manera, creo que cuando lo hagamos muchas cosas en este mundo van a cambiar. Y creo que cuando una persona empieza a orar de esta manera su entorno cambia dramáticamente.

Ojo; al estudiar estas líneas podemos emocionarnos y querer hacer sólo el punto tres y vamos a estar orando dando órdenes por todos lados. Pero recuerda que sólo es una parte de la oración gubernamental. La parte más importante es la de conocer la voluntad de nuestro Padre. Y para conocer la voluntad de Dios se requiere que lo conozcas, que sepas cómo piensa, cómo siente, que conozcas su voz. Requiere de llevar una relación de amistad con Dios. No es lo mismo pedir una cita con el presidente que hablarle por teléfono como amigo. Conocer la voluntad de Dios implica tener una relación personal con Él, verdadera, no sólo decir que somos cristianos y orar y leer la Biblia sólo cuando nos reunimos los domingos.

Tampoco quiero decir que la única forma de orar sea gubernamental. Hay varias clases de oración, que las veremos a lo largo de este estudio de Lucas.

Armando Carrasco Z.

martes, 1 de septiembre de 2009

Primero el perdón. Lucas 5:20-26

“Al ver él la fe de ellos, le dijo: hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias?¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es mas fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o levántate y anda. Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a sus casa, glorificando a Dios.” Lucas 5:20-26

Como vimos en estudios anteriores, lo más importante para Dios es la condición espiritual del individuo. La sanidad era lo más fácil de arreglar. Por eso Jesús les dice “…para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados…” la sanidad de este hombre sólo fue una muestra del poder que Tiene Dios par perdonar nuestros pecados.

Sólo él puede perdonar nuestros pecados. No hay nada ni nadie que pueda hacerlo. Ninguna religión tiene el poder para perdonar pecados. Esa es la importancia de nuestra conversión a Cristo, que todos nuestros pecados son perdonados. Muchas religiones buscan formas y procesos para acercarse a Dios, sin tomar en cuenta el único camino que existe para llegar a él, que es Jesucristo. Con todo lo que implica, aceptar su sacrifico en la cruz por el pago de nuestros pecados.

No se trató solamente de decir “te perdono y ya” el pecado existe, es real, y necesita un sacrificio para poder ser borrado. Dicho sacrificio lo realizó Jesús en la cruz y pagó por todos nuestros pecados. Muchas religiones tratan de “quitar” este hecho y crean formas para tratar de alcanzar el cielo sin el camino de la cruz de Cristo.

La misión más importante de Jesucristo en la Tierra no fue la de sanar enfermos, ni fue tampoco la de liberar a los endemoniados, tampoco fue la de resucitar muertos ni la de hacer milagros, su operación importante fue la de reconciliar al hombre con Dios. Ese fue su propósito principal, su misión de vida. Y la cumplió cabalmente. Nadie puede llegar a Dios sino por Jesucristo. No hay otro camino alterno, no hay atajos, la única forma de llegar al Padre es por medio de la fe en Jesucristo.

Esta misión fue tan importante que Dios se hizo hombre. Se transformó en uno como nosotros y caminó entre nosotros, para reconciliarnos con él. El pecado había roto toda relación con Dios, desde Adán y Eva. Y la única manera de reconciliarnos era con el sacrificio de su hijo. Y tanto nos amó que lo hizo. El amor fue su fuerza motriz para venir a la tierra y pagar un precio tan alto por nuestras vidas. He escuchado decir que la salvación es gratis. Y eso es cierto, pero no fue barata. Dios nos da entrada a él por gracia, pero el regalo de la salvación tiene un precio muy alto, el más alto que nadie se puede ni siquiera imaginar, la vida de Jesucristo.

Vemos el amor del Padre como aún con ese precio tan alto que tuvo que pagar, nos la da gratis. Es aquí donde muchas religiones del mundo no pueden entender cómo puede ser posible que el hombre no haga nada para ganar su salvación, y buscan mecanismos para que el hombre se sienta justificado. Hacen obras que intenten hacer lo que Jesús hizo en la cruz. Pero nunca lo van a lograr. En primera el acto de la salvación ya está consumado. En segundo lugar las obras religiosas para alcanzar el perdón de los pecados es infructuosa, no hay nada que hacer para ello, como dije antes, todo está hecho, es sólo el caminar por fe, creer en Jesucristo para llegar al Padre.

Si tú estuvieras enfermo en este momento, Dios quiere sanarte, pero antes echa una ojeada a tu corazón para ver tu condición espiritual. Él quiere saber antes a qué Reino perteneces y primero perdonarte tus pecados y trasladarte al reino de la luz y después opera en tu sanidad.

Armando Carrasco Z

lunes, 24 de agosto de 2009

Persigues o eres perseguido. Lucas 5:20-26

“Al ver él la fe de ellos, le dijo: hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias?¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es mas fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o levántate y anda Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a sus casa, glorificando a Dios.” Lucas 5:20-26

Yo creo que ha todos nos ha impactado este pasaje. Por todos los aspectos vemos grandes cosas para aprender, lo primero que analizaremos es la postura de los escribas y de los fariseos. Estos que conocían toda la ley y que se jactaban de guardarla, no pudieron reconocer al autor de la ley. Sus ojos se estacionaron más en la ley que en su creador. Guardaron tanto la ley que perdieron de vista a Dios. Cuánta gente de ese tiempo pudo decir “¡yo hable con Dios en persona!” pero estos escribas y fariseos no sólo hablaron con Dios sino que le discutieron y tal vez muchos de ellos no se dieron cuenta en vida a quién le habían reclamado. Créanme si hubieran sabido, yo creo que jamás se hubieran atrevido siquiera a mirarlo a los ojos.

Los fariseos siempre han representado a la parte religiosa, tanto de ese tiempo como en nuestros días metafóricamente. Un fariseo actual es aquella persona que se convierte en “legalista” y que muchas veces pierde de vista Dios. A estos fariseos les importa guardar las tradiciones, y las leyes tal y como se les fue presentada. Y cuando alguien presenta algo nuevo, aunque venga de parte de Dios lo rechazan y muchas veces lo persiguen.

Empiezan como buenos cristianos, empiezan a crecer en la congregación, reciben un discipulado, y empiezan a entrar en el sistema sacerdotal de la Iglesia y en su cabecita creen que hay una línea entre ministros de tiempo completo y laicos. Y es en ese punto donde todo se echa a perder, porque creen que Dios tiene una raza especial de cristianos llamados ministros y una clase inferior de cristianos llamados ovejas. Entonces empiezan a jugar su rol de clase especial ministerial y empiezan a tratar de guardar todo aquello que los distingue de la plebe.

Entonces cuando una ovejita se acerca y le dice “Tuve una revelación…” uy uy uy llega el apocalípsis porque el ministro/fariseo le da una enseñanza de porque lo que recibió no puede ser una revelación… Porque Dios no puede hablarle a su pueblo así nomás, tiene que prepararse y que la revelación primero tiene que llegar a la cabeza y después al cuerpo y saca versículos del antiguo testamento (principios sacerdotales) y pone una línea divisoria entre su oveja y él.

El sistema sacerdotal actual restringe de manera absoluta el crecimiento de los cristianos bajo el concepto de hacerlos creer que hay dos clases de cristianos, los ministros y los laicos. Este sistema afecta la visión de ellos y en un momento dado pierden de vista a Dios y lo persiguen, creyendo que sólo ellos saben cómo es Dios y cómo se presenta, creen que por pertenecer a esa raza superior de elegidos para el ministerio de tiempo completo hace que sean los únicos poseedores de la verdad.

La cabeza de la Iglesia es Jesucristo. Y todos nosotros somos su cuerpo. En él no hay acepción de personas. No hay rangos de autoridad*, hay comisiones. Todos somos reyes y sacerdotes. La línea en ser hijo de la libre y ser hijo de la esclava es muy delgada. Es muy sencillo saber dónde estás parado. Persigues o eres perseguido.

Armando Carrasco Z.
* Ya hablaremos a detalles de los rangos reales que menciona la Biblia.

lunes, 17 de agosto de 2009

La fe de los amigos. Lucas 5:18-20

“Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo: hombre, tus pecados te son perdonados.” Lucas 5:18-20

Este pasaje completo habla de la sanidad de este paralítico pero nos vamos a detener aquí para ver algunas cosas importantes de estos versículos. Para estas alturas de la fama de Jesús, ya había una gran expectativa de la gente, ya no se preguntaba si Jesús podía o quería sanar, la gente estaba convencida de que Jesús sanaría a las personas que llevaban, hay versículos en la Biblia que dicen que Jesús sanaba a todos los enfermos. Entonces la gente estaba segura que si llevaba a sus enfermos, éstos sanarían. Bajo ese ambiente se presentan estos hombres llevando un paralítico para que lo sane Jesús y se topan con un problema, con un gran problema; había demasiada gente, tanta, que no podían pasar a ver a Jesús. Y yo creo que primero hicieron el intento de llegar a Él, pero al pasar el tiempo y no poder presentarlo ante Jesús, se les ocurrió llevarlo por el techo. Y todos se sorprenden y al final logran su objetivo.

Pero antes veamos algunas cosas, primero, hay situaciones en la vida en la que tenemos que depender de los amigos. Hay situaciones en las que nos encontramos sin poder movernos. Tal vez no tengas una parálisis física, tal vez estés metido en algún problema o situación extrema en la que no puedas moverte. Y necesitas de terceros para poder ir a donde está tu milagro. Por eso tienen mucho valor nuestros verdaderos amigos, aquellos que están dispuestos a hacer un esfuerzo extra con tal de que recibas tu milagro. Y por otro lado si somos amigos debemos entender que muchas veces nuestros amigos están en situaciones donde no se pueden mover, que están paralizados por una situación extrema. Y debemos tomarlos y llevarlos, si es preciso, por medios por no recorridos.

Cuando Jesús los ve, dice la Biblia que “…al ver Él la fe de ellos…” la fe se demuestra con hechos. De nada hubiera servido que sus amigos hubieran llevado al paralítico al lugar donde estaba Jesús, y cuando llegaran, decir: “no se pudo amigo, todo está lleno, no hay lugar para ti…” y dejarlo en su misma condición. No. la fe hace que te muevas a tal grado que recibas el milagro. Muchas veces el milagro está dispuesto para ti o para tus amigos pero requiere de un mayor esfuerzo para llegar a él, no me preguntes porqué, pero así es. No lo entiendo, porque se que todo lo que recibimos es por gracia. Pero por alguna razón, en algunas ocasiones debemos ir hasta el lugar mismo donde está el milagro, teniendo que superar todas las barrearas. Y no pasemos por alto que Jesús vio la fe de ellos, no sólo del hombre enfermo.

Ahora bien, cuando Jesús vio a este hombre lo obvio era que Él les dijera: “hombre eres libre de tu enfermedad”. Y listo, pero no, Jesús lo primero que le dijo “Hombre, tus pecados te son perdonados”. Esta respuesta no se la esperaba nadie, ni el enfermo, ni los amigos, ni los fariseos, ni nadie de los presentes. Los sorprendió a todos. Lo primero que vio Jesús en este hombre no fue su condición física sino su condición espiritual, que es más importante y de mayor trascendencia que una enfermedad. Jesús primero lo trasladó del reino de las tinieblas al reino de la luz. Eso era lo importante. Lo que para nosotros es obvio y lo que para nuestros ojos es la primera necesidad, para Jesús es totalmente otra cosa, para él es más importante nuestra condición espiritual que nuestra condición física. Y sí, a Dios también le interesa sanarnos y que estemos saludables, pero Él sabe que lo más importante es la parte espiritual.

Creo que esta es una excelente manera de recapitular que Jesús nos enseña con el ejemplo, que no se limitaba sólo a dar predicaciones o sermones, sino que su misma vida, nos enseña. Nosotros también debemos preocuparnos más por el estado espiritual de la gente, es la eternidad lo que está en juego. Y claro también interesarnos por sus problemas físicos como lo veremos en el siguiente estudio.

Armando Carrasco Z.

lunes, 10 de agosto de 2009

Sencillito. Lucas 5:17

“Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la Ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.” Lucas 5:17

Una de las principales tareas de nuestro Señor Jesucristo fue la de enseñar. Y la palabra enseñar es una con un sentido muy amplio, enseñar no se limita a dar una clase de teología. En verdad Cristo daba clases y predicaciones. Pero su enseñanza iba más allá que dar un sermón.

El enseñaba con su propia vida, sus mensajes no se limitaban a una plática bonita bien estructurada, el enseñaba cómo hacer las cosas y enseñaba que sí se podían hacer las cosas. cuando el hablaba de amar, amaba, cuando hablaba de perdón perdonaba, cuando hablaba de liberación pues liberaba y cuando hablaba de sanidad sanaba. Esa era su enseñanza, con el ejemplo y con su vida.

Y vemos en este pasaje que Jesús estaba enseñando y cabe mencionar para afianzar lo dicho anteriormente que después que da un panorama de quiénes estaban allí, y que dice que estaba enseñando, diga al final que el poder del Señor estaba con él para sanar. Ver a Jesús un día era aprender de sus enseñanzas aún cuando no diera una plática.

Ahora bien, dice este pasaje que los fariseos y doctores de la ley habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén. Ellos habían ido a verlo, su fama había crecido tanto que los “expertos” tenían que verlo y dar su visto bueno.

Yo creo que la gente cuando empezó a escuchar a Jesús cuando vio lo que hacía, no se quedaban con los labios cerrados sino que corrían a comentarlo con los sacerdotes y doctores de la ley, estaban tan maravillados que corrían a decirles todo lo que hacía Jesús. Y muchos de estos sacerdotes, doctores y fariseos fueron a ver qué tan cierto era lo que se decía de él y conocer sus enseñanzas. Yo creo que muchos fueron con un corazón sincero y creo que otros fueron sólo a tratar de encontrar fallas en Jesús.

Conocer la Biblia, tener años de experiencia en el cristianismo, estudiar en un Instituto Bíblico, a veces lleva un problema incrustado. Llega un momento en el que nadie puede hablar de Dios mas que tú, el “profesional” de las cosas de Dios. Y cuando alguien viene a ti a comentarte de cosas que ha visto y oído de Jesús, en lugar de alegrarte empiezas a perseguir a aquellos que se están moviendo en Dios. Esto ha pasado en toda la historia del cristianismo.

Conocer la Biblia y tener años de ser cristianos debería servirnos para ser más humildes. Para estar siempre con los pies en la tierra, Dios se puede mover como él quiera sin tener que pedirnos permiso. El puede aparecer a quien él quiera sin tener que mandarnos un e-mail para avisarnos. Tengamos cuidado que la soberbia espiritual de creer que ya lo sabemos todo de Dios, nos nuble la vista y que o podamos ver a Dios cuando el se presente de manera diferente a como lo hemos visto nosotros.

No nos vaya a pasar como a estos fariseos y doctores de la Ley, que fue tanto su orgullo que nunca pudieron reconocer a Dios en persona, lo tuvieron cerca, lo tuvieron tan cerca que pudieron haberlo abrazado, al Dios del universo. Al Creador. Caminó entre ellos a algunos les dirigió una mirada a otros les habló por nombre y no pudieron disfrutar de haber escuchado su nombre dicho por Dios, sólo porque no creyeron. Buscaron argumentos de hombres para justificar su incredulidad. Se perdieron de poder decir “he visto a Dios en persona”.

Por eso creo que la enseñanzas de Jesús iban más allá de dar cursos teológicos. Creo que las enseñanzas de Jesús eran sobre la vida diaria, sobre el amor de su Padre. Asuntos más importantes que saber doctrinas avanzadas del cristianismo. Dios hace las cosas sencillas, nosotros somos los que las complicamos

Armando Carrasco Z.

lunes, 3 de agosto de 2009

Un hueco en Su agenda. Lucas 5:14-16

“Y él le mandó que no lo dijese a nadie” sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos. Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que le sanase de sus enfermedades. Mas él se apartaba y oraba.” Lucas 5:14-16

Ya en otro pequeño estudio hablamos de que Jesús guardó la ley por que vino a cumplirla. Y siempre aconsejaba a su generación que la cumpliera. Aunque después empezara el pacto de la gracia, él tenía que cumplir la ley.

Sin embargo hoy quiero analizar de este pasaje un hecho importantísimo que a veces pasamos por alto. Los hechos de Jesucristo estaban resonando tanto en la ciudad que la fama de Jesús estaba creciendo de manera asombrosa. La gente llegaba por multitudes a verlo y mucha gente lo buscaba para que los sanase. En los evangelios están registradas muchas de sus sanidades y muchos de sus milagros, pero no están registrados todos los milagros que Él hizo. Eran milagros de todos los días, tanto que se generó una ambiente de expectativa por la vida de Jesús.

Y Jesús accedía a orar por ellos y enseñarles, a sanarlos y a liberarlos. Sin embargo en el versículo 16 dice la Biblia que “Jesús se apartaba y oraba”. No importa cuánta fama tenía, no importa el éxito de su ministerio, el buscaba siempre estar a solas con su Padre. Para Él lo más importante era estar con su Papá. Él conocía su propósito y su llamado, él sabía lo importante de su obra, él se movía por amor a nosotros a cumplir su destino, pero nunca olvidaba que lo más importante era su relación personal con Dios.

Y no oraba por obligación oraba por atracción. Todos nosotros hemos entablado relaciones comerciales casi siempre impersonales donde las reuniones las hacemos por la misma necesidad de la relación, pero creo que todos hemos también entablado relaciones donde lo que nos motiva y lo que nos impulsa es la atracción por las personas con las que vamos a estar, nos gusta estar con los amigos, con al familia, la novia, la esposa. Nos gusta estar con ellos y vamos a reunirnos por gusto. Así mismo Jesús iba y se reunía con su Padre.

Cuando queremos ver a alguien que nos agrada su compañía, hacemos todo lo necesario por verlo, aún cuando estamos muy apretados de tiempos, hacemos un hueco en nuestra agenda pero los vemos. El gusto por estar con alguien es tan fuerte que mueve agendas. Es lo mismo que hacía Jesús por estar con su Padre. Y lo más hermoso de todo esto es que Dios siempre tenía un tiempo para él. La agenda de Dios siempre tiene un hueco para su Hijo.

Creo que nosotros deberíamos seguir el ejemplo de Jesús, buscar a Dios todos los días a pesar de nuestras agendas cargadas. Debemos encontrar la atracción de estar con nuestro Padre para movernos a tal grado de tener un tiempo para estar a solas con Él. Sabiendo y recordando siempre que Él siempre tiene un tiempo para nosotros , sabiendo que nuestro nombre siempre está en su agenda, esperando a que nosotros lleguemos a la cita.

No importa qué tan famoso seas, no importa qué tanto éxito tengas. No importa el tamaño de tu llamado, no importa la grandeza de tu misión, lo que sí importa es que pases un rato apartado a solas con tu Padre.

Armando Carrasco Z

lunes, 27 de julio de 2009

Cuando Él te toca. Lucas 5:12-13

“Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces extendiendo él la mano, le tocó diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.” Lucas 5:12-13

Imagínate el sufrimiento de este hombre, con una de las peores enfermedades del hombre, la lepra, imagínate cómo era el dolor que tenía estando lleno de lepra, casi todo su cuerpo estaba leproso. Los dolores son insoportables, sin estar con descanso ni de día ni de noche. La lepra era una enfermedad que provocaba humillación. Porque la gente se les alejaba, ellos mismos tenían que ir gritando: !Inmundo¡ !Inmundo¡ pero el dolor de este hombre era tal que yo creo que ya ni pena tenía delante de todos. Y en esa condición llega a Jesús y lo primero que hace es postrarse pidiendo ayuda.

Este hombre leproso sabía que Jesús podía sanarlo, tenía la fe para creerlo, pero no sabía si Jesús quería sanarlo. Y por eso le dice “Señor, si quieres, puedes limpiarme” . Yo creo que muchos de nosotros creemos que Dios puede hacer milagros, pero no estamos seguros si Él quiere. Creemos que Dios no se interesa tanto en nosotros o que tiene otros asuntos más importantes que atender. Pero la verdad es que Dios sigue dándonos la misma respuesta que le dio a este hombre enfermo. Si hoy vas con Dios y le dices lo mismo, Él te contestaría exactamente igual “Quiero, sé limpio”.

Dios siempre quiere sanarnos. A Dios le gusta que todos estemos sanos. Dios se conduele con nosotros cuando estamos enfermos…!somos sus hijos¡ cuando nuestros hijos están con alguna enfermedad sufrimos junto con ellos y quisiéramos que siempre estuvieran sanos. Eso mismo siente Dios nuestro Padre. El siempre quiere sanarnos. Él siempre está dispuesto para sanarnos. Él se detiene para escucharte y para responderte: Quiero, sé limpio.

Pero también quiero ver otra cosa en este pasaje, dice que “extendiendo la mano, le tocó” vemos en los evangelios que Jesús sanó tocando a los enfermos y sanó sin tocarlos. Pero yo aquí veo algo más. creo que lo tocó para consolarlo. El sufrimiento del hombre era extremo y la mano de nuestro Señor le dio no sólo sanidad sino ánimos, sintió el amor de Jesucristo en su toque divino. Creo que todos hemos experimentado cuando nos sentimos mal y alguien pone si mano en nuestra cabeza o frente y sentimos un confort muy especial, estoy hablando independientemente de la sanidad por imposición de manos, hablo de un toque humano que nos proporciona seguridad, consuelo, algo muy especial de saber que no estamos solos. Por eso creo que este toque de las manos de Jesús no sólo trajo sanidad al hombre sino también ánimo y consuelo.

Y lo más hermoso, es que al instante la lepra se fue de él. Dios tiene el poder de sanar, de seguir haciendo milagros, no sólo quiere sino que puede, Él es nuestro creador y nuestro salvador y nuestro sanador. Cuando estemos enfermos, debemos acercarnos a Él sabiendo que quiere sanarnos y sabiendo que puede sanarnos.

Ahora imagínate la alegría de este hombre, ser libre de su enfermedad en segundos. Él sabía que Dios podía sanarlo, pero ahora experimentó que Dios quería sanarlo, eso fue la alegría más grande de su vida. Su vida cambió totalmente en un instante, era un milagro viviente, fue un testimonio vivo de que Dios puede y quiere sanarnos.

Armando Carrasco Z

lunes, 20 de julio de 2009

La red. Lucas 5:10-11

“Y asimismo de Jacob y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.” Lucas 5:10-11

Después de todo lo que aconteció al pescar por la palabra de Jesús, todos estaban muy espantados de haber sido partícipes de un milagro que no esperaban, realmente estaban viendo milagros en enfermedades, milagros en liberaciones, pero este milagro económico realmente les espantó, de alguna manera se dieron cuenta que Jesús tiene dominio sobre todas las áreas del ser humano. Y después de esto Jesús proclama una de las frases más usadas en el cristianismo. El trabajo de Pedro tendría un giro inesperado para él. En lugar de pescar peces, pescaría hombres.

Debemos entender algo; toda la Iglesia tiene la responsabilidad de pescar hombres, todos tenemos la responsabilidad de compartir aquello que nos liberó. Sin embargo hay algunas personas que son equipadas por Dios para llevar a cabo ese trabajo. Y tienen todo el respaldo de Dios, y no me refiero exclusivamente a los evangelistas.

Creo que el llamado a “pescar” hombres involucra a los cinco ministerios de los que se habla en efesios 4:11 Y cada uno de ellos hace su parte para esta pesca. Creo que el llamado a pescar involucra muchas cosas necesarias para lograrlo.

1. Obedecer. En el contexto vemos que Jesús les dio una orden de pescar a pesar de que no habían pescado nada durante toda la noche. Pedro obedeció y se encontró con una gran pesca. Al igual debe suceder con este mandato, la obediencia es parte fundamental del éxito de la pesca.
2. Trabajo previo. Toda labor de pesca requiere que antes se preparen las redes, requiere que se revisen y si están rotas hay que repararlas, requiere una revisión y preparación de la embarcación, así como de las utilerías necesarias durante la pesca. Un buen pescador de hombres sabe que primero debe tener una red. Y checar su condición, esa red está conformada por hombres, no es necesario una multitud de hombres pero es necesaria la colaboración de ciertos hombres “red” que lo ayudarán en su propósito. La embarcación es la parte física de las cosas, por ejemplo la casa o el lugar donde empezará la pesca, checar que tenga todo lo necesario, por lo menos baño y agua. Un lugar donde sentar a la gente y las cosas muy básicas. Yo he estado en lugares donde quieren “ministrar” en un lugar que a primera vista te das cuenta que no fue preparado, y las cosas no salen bien. y las utilerías es el mensaje que vas a dar para pescar. Estas cosas parecen obvias pero en la realidad muchos que han sido llamados a pescar las pasan por alto. Y les cuesta mucho trabajo continuar.
3. Trabajo posterior. La pesca no termina cuando los peces están en las redes, hay un trabajo posterior, donde sacan los pescados de la red y los guardan en recipientes seguros y limpios. Quitan los peces que no son comestibles. Cuando la red empieza a funcionar empieza el trabajo de mandar a cada nuevo creyente a un hogar seguro, un lugar donde empiece su crecimiento y empiece su relación con otros cristianos, y también empieza un trabajo de supervisar que las personas que son problemáticas y que no quieren cambiar, quitarlos de los que han decidió seguir a Cristo. Sé que debemos ser misericordiosos y con gracia para recibir a toda la gente, pero yo me refiero a aquellos que abiertamente no quieren cambiar y que solo causan confusión y división entre los cristianos.

Yo creo que Dios en la actualidad sigue llamando a pescadores de hombres y creo que se está armando una red de Iglesia en casas impresionante a través de todo el mundo para lograr una gran pesca de hombres y mujeres. Estemos preparados para obedecer.

Armando Carrasco Z.

miércoles, 15 de julio de 2009

Todo por amor. Lucas 5:8

“…Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús. Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” Lucas 5:8

Es impresionante la condición del hombre, siempre culpándonos de nuestros pecados. Es algo que todos venimos arrastrando, unos más que otros, pero todos hemos sentido la carga de la culpabilidad. Y no sólo eso nos hemos condenado.

En este pasaje Pedro se da cuenta que Jesús es algo más que un maestro, tal vez no discernía correctamente a Jesús como Hijo de Dios, pero ahora sabía que había algo de divino en Él. Inmediatamente se da cuenta de su condición de hombre y le pide que se retire, no se siente digno de estar delante de Dios. La escena es verdaderamente impactante porque creo que muchos de nosotros haríamos lo mismo, caeríamos de rodillas, y le pediríamos que se apartara porque somos pecadores.

De hecho creo que esa es una razón por la que mucha gente no se acerca a Dios. Porque se siente tan culpable que piensa que Dios no la va a perdonar. Se siente tan condenada que llega a creer que nunca alcanzará el perdón de Dios.

Yo sé que hay gente malvada que comete actos ruines y vergonzosos, asesinos, violadores, secuestradores y esas cosas, y para ellos también hay perdón en Cristo. Pero hablemos de los pecados que comete la gente común. Aquellos que todos cometemos. Pues mucha gente cree que por haber pecado en algún área van a perder la oportunidad de salvación. Y le dicen a Dios apártate de mí que soy pecador. Y no sólo eso sino que ellos se alejan de toda cercanía de Dios. Y obviamente empiezan vivir frustrados, deprimidos y amargados. Porque en su interior llevan la carga de un pecado que creen es imperdonable.

Seguro que si alguien lee estas líneas y se encuentra en ese estado dirán: “ es que tú no sabes lo que hice y a quién lo hice…” y cosas por el estilo. pero déjame decirte un a cosa. No importa qué es lo que hayas hecho, no importa el pecado que hayas cometido, no importa cuántas veces lo hayas cometido, lo importante es que Jesús ya pagó el precio por todos tus pecados. No hay un sólo pecado que se le haya olvidado a Jesús perdonar cuando estaba en la cruz, el pagó tu deuda, y la lista de pecados que te acusaba de todo lo que has hecho fue clavada en esa cruz. Y ¿te digo algo? Estás perdonado. No hay nada de lo que tengas que ser perseguido. Lo único que tienes que hacer es aceptar Su perdón.

Cuando un reo es sentenciado a muerte pero su abogado logra que lo indulten o en otras palabras que le perdonen la condena, este tiene que tramitar y firmar varios documentos para poder salir libre y disfrutar de su indulto. En nuestro caso es exactamente igual. El indulto ha sido declarado a tu favor, ya no debes nada, ya no tienes nada que pagar porque Cristo pagó el precio por lo que hiciste, ahora sólo tienes que hacer los trámites, y eso en el Reino de Dios es suficiente con creerlo y aceptarlo.

Así que adelante, entrégale a Cristo tu vida, empieza a caminar sabiendo que has sido perdonando o perdonada. Y empieza a caminar a lado de aquél que dio su vida por ti. Seguro te preguntarás ¿eso es todo lo que tengo que hacer? La respuesta es sí. Él ya hizo todo para reconciliarnos con nuestro Padre. Él ya pagó por todo lo que nosotros debíamos pagar. No debemos nada. Nuestra salvación es completa y perfecta en Cristo. No hay nada que añadir, no hay nada que hacer para completar su sacrificio, pues lo repito, fue perfecto y completo. Ese es el grandísimo amor que Dios tiene para con nosotros. No lo podemos comprender es mucho más allá de nuestra capacidad de entendimiento es algo que sólo a Dios se le pudo ocurrir, pero es algo que sólo Dios pudo hacer. Y todo por el amor que te tiene. Nunca se quedó con los brazos cruzados, hizo todo para que tú pudieras ser perdonado y que puedas tener acceso directo a Él. Dios te ama y te lo demostró de la manera más grande jamás imaginada; Dio a su hijo Jesucristo para rescatarte. Grábatelo: Todo por amor. Amor por ti.

Armando Carrasco Z

Obedecer es la clave. Lucas 5:4-8

“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mas adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús. Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” Lucas 5:4-8

Fue sorpresivo para Pedro escuchar que Jesús le pidiera que echara sus redes otra vez después de pasar toda la noche tratando de pescar y no lograrlo. Pero lo que debemos analizar es lo que le contesta y lo que hace, Pedro le dice “En tu palabra echaré la red”. Las circunstancias y la realidad le decían a Pedro que no había pesca ese día pero Jesús le decía otra cosa. Y Pedro hizo lo que Jesús le dijo. Y la pesca fue grande.

Si Pedro no hubiera obedecido se hubiera perdido de una gran pesca, no hubiera podido conocer el poder de Dios. Y no hubiera sido testigo de este milagro.

Notemos algo, cuando Jesús le pide a Pedro que eche sus redes, Pedro lo llama Maestro, y con toda razón lo acababa de ver dar una enseñanza pero cuando lo encuentra después de la pesca ya no le llama Maestro sino Señor. La percepción de Pedro cambia radicalmente. Una cosa es enseñar y otra cosa es demostrar. Jesús no sólo enseñaba sino que hacía que las cosas sucedieran. Y Pedro se empieza a dar cuenta que Jesús no sólo era un maestro cualquiera, se empieza a dar cuenta de que era alguien extraordinario.

Creo que esa diferencia es actualmente la que debemos buscar. Creo que nosotros como cristianos no sólo debemos predicar sino hacer que las cosas sucedan. Entiendo que no somos Dios y que no podemos usar el poder de Dios a nuestro antojo. Eso me queda perfectamente claro. Pero también creo que muchas veces sólo predicamos por predicar. Pero no hacemos nada por cambiar las cosas. Por ejemplo, una persona puede hacer una hermosa y convincente plática del aborto, pero no mueve un solo dedo para que el aborto disminuya. En lo personal creo que debemos ser cristianos activistas. Personas que hagamos algo por cambiar nuestro entorno. Es difícil, sí es muy difícil. Pero si no lo hacemos nosotros nadie lo va a hacer.

Hemos dejado todo en manos del “rapto”. Creemos que ya se acerca el fin y que no vale la pena trabajar en aquello que va a cambiar nuestra sociedad. O creemos que el mundo espiritual, en otras palabras, nuestra burbuja cristiana, nuestra subcultura, tiene mucho trabajo cantando y haciendo congresos como para ponerse a trabajar en lo que puede cambiar nuestra sociedad.

Estoy seguro que Dios de inmediato se pondría de nuestra parte. Que en el momento en que diéramos el primer paso, en ese momento el empezaría a actuar para poner todas las fichas a nuestro favor. Y no sólo hablo del trabajo social, cuidar niños de la calle o rescatar drogadictos, eso está bien, pero no hablo sólo de eso. Hablo de todo el entorno social, debemos cristianizar nuestra cultura y nuestra sociedad. En todas las áreas que nos rodean. El Reino de nuestro Papá no está limitado a las congregaciones, el Reino es el Reino en todos los niveles de la sociedad.

De toda la gente que había en ese lugar donde predicó Jesús, el más beneficiado fue Pedro. Por dos razones, la gente escuchó un mensaje de Jesús y tal vez se fue a casa con una verdad revelada o con una sanidad o con encuentro personal de Dios, cosa que creo yo recibió la mayoría, pero Pedro se fue a casa con algo muchas que una predicación. Se fue con los bolsillos cargados. Ya veremos en un estudio más adelante el propósito de todo esto.

Si Pedro no hubiera entrado en acción no hubiera podido pescar milagrosamente. Pedro actuó. Se puso a trabajar, lo milagroso es que había peces donde Jesús dijo que había, pero para sacarlos era necesario trabajar. Es bueno orar, es bueno cantar, es bueno predicar, pero no tienes idea de los efectos cuando te pones a trabajar.

Armando Carrasco Z

Cada minuto de tu vida. Lucas 5:2-3

“Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago, y los pescadores habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.” Lucas 5:2-3

En esta parte del evangelio de Lucas vemos que verdaderamente Lucas investigó a detalle para poder narrar la historia de Jesús en la Tierra. En lo personal este tipo de detalle permite que echemos a volar la imaginación para poder reconstruir lo hechos. Gensaret era un valle que tenía un lago, este valle era muy fértil y tenía mucha agua. Parece ser que su nombre está relacionado con una palabra que significa “jardín”, entonces podemos ver que este paisaje era hermoso, mejor que en una película.

Ahora bien, en el siguiente estudio veremos una enseñanza muy peculiar de Cristo con Pedro pero todo esto tiene una relación directa, porque en un lugar tan hermoso y con tanta paz en el ambiente los pescadores estaban tristes enojados y estresados, porque no habían pescado nada. (ya lo veremos en el siguiente) pero el panorama que tenemos aquí es que había un paisaje increíble. Además había una muchedumbre, y en medio de todo esto unos pescadores enojados haciendo su trabajo después de ir a pescar, me imagino que Jesús con toda intención se acercó a ellos y les pidió una barca. Dice que les rogó poco, no mucho pero les rogó que les prestaran una barca, en otras palabras fue amable con ellos, Él sabía lo que sentían en ese momento.

Yo creo que los pescadores se le quedaron viendo con el ceño fruncido. Pensando :” y este loco…qué le pasa…no ve que estamos trabajando…” y cosas por el estilo, pero ya saben cómo es Jesús y Él sigue dando sus enseñanzas. Pero con un plan en mente.

Por otro lado dice al principio de este pasaje que la gente se agolpaba para escucharle, esa es la otra razón por la que decide apartarse en una barca para tener el mar de por medio y poder enseñar y que toda la gente pueda ser enseñada, con la gente agolpada es imposible enseñar de tal manera que todos puedan escuchar. Fue necesario apartarse un poco. Se dice que el mar de fondo provoca una especie de altavoz. Que permite hablar y ser fácilmente escuchado.

En otras palabras Jesús mató tres pájaros de un tiro; preparó el terreno para un enseñanza para Pedro, utilizó una barca para alejarse un poco de la gente y el mar para poder ser escuchado. Y créeme que muchas veces pero muchas veces en nuestras vidas, Dios hace lo mismo. Y no o entendemos hasta que pasa el tiempo.

Mira, yo creo que la gente pensó mal de Jesús cuando se subió a la barca, me imagino que pensaron que ya se iba y que los iba a dejar esperando. Otros habrán pensado que estaba harto de la gente, los pescadores habrán pensado que Jesús era un desconsiderado. Pedro ni se diga…Pero lo cierto es que Él tenía todo preparado. Y así nos pasa hoy en día, cuando pasamos por una situación empezamos a ver cómo se mueve Dios y empezamos a hacer conjeturas. Muchas veces totalmente fuera de toda realidad, pero cuando pasa el tiempo vemos el rompecabezas armado y vemos que Dios tenía un plan bien estructurado y que nunca le falla.

Por eso es que cuando tengamos una situación difícil en la que parece que Dios está haciendo todo menos fijarse en nosotros, debemos hacer un alto en el camino y esperar sabiamente en Él. Quiero recordarte que el es el Señor de toda la Tierra y de todo lo que en ella habita. Dios te tiene bajo su cuidado cada minuto de tu vida, todas las circunstancias que estás pasando Dios las tiene bajo control. Aunque no lo parezca, al final Dios siempre gana y con Él su amada Iglesia.

Armando Carrasco Z

miércoles, 13 de mayo de 2009

Focus. Lucas 4:42-44

“Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea.” Lucas 4:42-44

En este pasaje vemos que Jesús también se cansaba, por eso creo que al amanecer lo primero que hizo fue buscar un lugar desierto para despejarse un poco. En México llamamos “engentar” cuando alguien pasa mucho tiempo con la gente y queda uno aturdido y cansado. Yo creo que algo parecido la pasó a Jesús y por eso busca un lugar desierto, pero la gente no lo entendió y lo siguió.

Y no sólo eso sino que le pedía que se quedara con ellos más tiempo. Esta gente había visto tantos milagros, había visto tantas cosas sobrenaturales que querían que Jesús se quedara con ellos. Y dice la Biblia que la gente lo detenía. Estaban tan maravillados con lo que Jesús estaba haciendo que trataron de convencerlo a que se quedara. Pero aquí vemos algo bien interesante, Jesús no se queda. De alguna manera sabía que la popularidad que se incrementaba de él era por sus milagros y no por su mensaje. Por eso inmediatamente les dice Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios; porque para esto he sido enviado. La salvación del hombre es lo más importante para Jesús. Su ministerio incluía las sanidades y las liberaciones pero no eran lo más importante. Tal vez la gente empezó a poner demasiada importancia en sus milagros y no tanto en el mensaje por eso la respuesta de Cristo.

En la actualidad sucede lo mismo. Creo que esa actitud del hombre no ha cambiado en nada. Queremos ver lo espectacular de una sanidad milagrosa. Pero no le damos importancia al mensaje de la verdad presente. Y créeme que yo no sólo soy un creyente de los milagros y del poder de Dios, soy de los que lo buscan. Creo en ello. Pero con los años me he dado cuenta de la enorme valía de la verdad presente y procuro no dejarme empañar por los espectacular de los milagros.

Los milagros todavía existen, el poder de Dios sigue igual. Pero no dejemos que por buscarlos perdamos de vista cuál es la verdad presente que Dios está hablando a la Iglesia en estos días. Mucha gente se quedó estancada en los milagros y no se hadado cuenta que Dios está moviendo a la Iglesia. Busca el milagro y ha perdido de vista al que hace los milagros.

Dios es un Dios de amor y por ese amor enorme es que nos ayuda con respuestas sobrenaturales para sacarnos de nuestros problemas o enfermedades o ataduras. Pero Él quiere que lo conozcamos mejor y que caminemos a su lado. No atrás de Él, no adelante de Él, sino a su lado. Creo que es muy válido orar por una sanidad, creo que es muy válido liberar a los oprimidos. Pero por favor nunca quites tu vista de Aquel que te ama y que dio su vida por ti.

Estoy seguro que un día Dios va a contestar nuestras oraciones con mayor potencia y cantidad. Creo que es algo real que sucederá en la Iglesia, pero estoy convencido que es nuestro deber no dejarnos llevar por lo sobrenatural, al grado de perdernos en la búsqueda del milagro.

Este pasaje termina diciendo que predicaba en las sinagogas, en otras palabras, no sólo liberaba a los oprimidos, no sólo sanaba a los enfermos, sino que predicaba, se dedicaba a la enseñanza de la palabra y se dedicaba a anunciar el evangelio del Reino. Creo que nosotros debemos seguir su ejemplo, debemos incluir lo sobrenatural pero no debemos dejar de predicar el evangelio de la gracia.

Ahora sólo quiero hacer una aclaración. En ese entonces Jesús vino a predicarle al pueblo judío, por eso se dirigía a las sinagogas, pero en la actualidad el mensaje de la gracia es para todo mundo, no sólo debemos enseñar en las congregaciones, debemos llevar su mensaje a todo el mundo.

Armando Carrasco Z

lunes, 4 de mayo de 2009

Creer y luego ver. Lucas 4:40

“También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” Lucas 4:40

Este pasaje nos habla de algunas cosas que debemos prestar atención, en el versículo anterior vimos que Jesús sanaba a mucha gente de sus enfermedades, de todo tipo de enfermedades tanto físicas como emocionales, pero en este versículo habla específicamente de demonios en las personas.

Ahora bien, en otro pasaje estudiaremos más sobre este tema pero lo que quiero que veamos en este versículo es cómo es que los demonios reconocían a Jesús.

Cómo es posible que la gente no podía reconocer a Jesús aún los dirigentes religiosos de la época no podían reconocer a Jesús como el Hijo de Dios. Y realmente la respuesta es muy sencilla; Los hombres querían ver a un Rey en la carne, un rey de carne y hueso que pudiera solucionar sus problemas políticos y sociales que en ese momento enfrentaban como nación. Querían ver a un rey físico.

En cambio los demonios, al ser espíritus, podían ver en el espíritu verdaderamente quién era Jesús, ellos inmediatamente lo reconocieron y le gritaban que él era el hijo de Dios.

Actualmente, pasa lo mismo, muchas veces queremos ver a Dios con nuestros ojos físicos, queremos ver muchas manifestaciones físicas, Yo no estoy en contra de los milagros creo firmemente en ellos y hasta los promuevo, pero me doy cuenta que mucha gente lo único que busca es el milagro físico. Creo que se ha abusado de buscar la manifestación física de los milagros y “las señales”.

Creo que debemos hacer un esfuerzo para crecer en el espíritu. Nosotros no andamos por vista sino por fe. No debemos caminar según lo que vemos, sino según lo que creemos. Por lo que debemos esforzarnos en crear hábitos de fe, que nos ayuden a vivir esta vida, viendo en el espíritu.

Mira, piensa en esto; Jesús no nos dejó huérfanos, sino que ha enviado a su Santo Espíritu con nosotros, Él está aquí en la tierra no solo con nosotros sino en nosotros. Y el Espíritu Santo es eso Espíritu y solo podemos guiarnos viéndolo en el espíritu, sólo podemos avanzar por fe.

Si logras aprender este pasaje te vas a ahorrar muchos dolores de cabeza. Cuando haga falta que Dios realice un milagro, búscalo con todo el corazón, pero no pongas tu corazón en la manifestación. Por muy grande que sea el milagro, no olvides que más grande es el que los hace, por más grandes y por muchos milagros que veas nunca olvides que el motivo de todo esto es por amor a ti.

Otra cosa; aún cuando tu creas que hace falta muchos milagros no vayas en busca de lo milagroso, porque puedes caer en buscar el milagro sólo por ver los milagros. Puedes caer en ser un Tomás moderno que necesitas ver para creer, recuerda que en el caminar cristiano, primero creemos y luego vemos.

Querer ver antes de creer prepara un terreno muy fértil para el legalismo, es la antesala de vivir en la ley donde obtienes las cosas por lo que haces, y las pierdes por lo mismo. Mientras que ejercitarnos en la fe nos ayuda a mantener nuestra perspectiva en la gracia soberana donde no merecemos lo que recibimos y aún sin hacer nada lo recibimos.

A la larga, los ojos de la fe ven más que los ojos físicos, a la larga se llega más lejos cuando se camina por fe que cuando se camina por vista. Hay un galardón en los ambientes espirituales para los que caminan por fe, ese galardón es nada mas y nada menos que agradar a Dios.


Armando Carrasco Z