jueves, 12 de junio de 2014

Llanto por alegría Lucas 6:21


“…Bienaventurados ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Bienaventurados ustedes los que ahora lloran, porque reirán…” Lucas 6:21

Una de las mas grandes devastaciones de la pobreza para el hombre es el hambre. El hambre acaba con la ilusión del hombre. El hambre hace que el propósito sea lo último en lo que se piensa. Porque el hambre hace que se piense solo en el día actual. “qué voy a comer hoy”, “qué va a comer mi familia” todo lo demás sale sobrando.

Jesús estaba tocando un tema muy delicado, donde la gente estaba triste. Pero Él sabía que la gente que sigue sus enseñanzas puede salir de esa pobreza desoladora, que aquellos que siguen Su Palabra, nunca les faltará pan.

Pero también creo que Jesús –además de referirse a la pobreza física- se refería a la pobreza espiritual. La cual también genera hambre. Un hambre mas mortal que el hambre física, porque el hambre del cuerpo solo te mata cuerpo. Pero el hambre del espíritu mata tu esencia. Mata lo mejor de ti, mata tu espíritu.

Por eso era el clamor y la promesa de Jesús, de que aquellos que sigan sus Enseñanzas, Su Palabra, serán saciados en el espíritu. Por que sus palabras son el mejor alimento para el espíritu.

Pero después también hace una promesa hermosa. Hay gente que verdaderamente le va mal en la vida, que tiene una serie de rachas donde el sufrimiento es el pan de cada día. Que llorar es la rutina de su vida. Y a ellos les hace una promesa directo al corazón. Les dice que esas lágrimas se convertirán en gozo.

Se oye tan simple, pero cuando se lo dices a una persona que ha pasado muchos años en llanto, tristeza y amargura, le sabe a gloria creer que algún día llegará la alegría.

Y Jesús estaba seguro de lo que estaba diciendo. Sabía que estaba tocando fibras sensibles en el corazón de sus oyentes, pero estaba convencido de que la gente que creyera en él, dejaría sus lágrimas por alegría.

Armando Carrasco