lunes, 3 de diciembre de 2007

La fuerza de la tradición Lucas 1:59-65

LUCAS 1: 59-65

"Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño; y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías; pero respondiendo su madre, dijo: No; se llamará Juan. Le dijeron: ¿Por qué? No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre. Entonces preguntaron por señas a su padre, cómo le quería llamar. Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron. Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua, y habló bendiciendo a Dios. Y se llenaron de temor todos sus vecinos; y en todas las montañas de Judea se divulgaron todas estas cosas."


Este es un claro ejemplo de lo que llegan a ser las tradiciones de los hombres, lo que llega a ser la religiosidad en los hombres. Vemos que cuando nace Juanito, los que circuncidaban querían llamar al niño igual que su Padre, como una tradición. Pero María les dijo que no se llamaría Zacarías sino Juan y parece ser que se armó un alboroto porque no confiaron en lo que ella decía sino que fueron a ver a Zacarías y le preguntaron lo mismo, pero cuál sería su sorpresa cuando Zacarías respondió lo mismo “se llamara Juan”.

Cuando nace algo nuevo de parte de Dios, comparando un poco a un bebé, lo primero que sucede es que muchos le quieren poner el mismo nombre que los antepasados. No quieren perder la costumbre. El nombre es sumamente importante porque de alguna manera representa lo que eres, por lo que cuando nace algo nuevo sólo sus padres saben como se va a llamar. Porque son ellos los que han recibido el mensaje y el llamado. Y saben cuál es el nombre que debe dársele a la nueva criatura.

Es notorio que cuando Zacarías escribió el nombre de “Juan” en la tablilla, en ese momento pudo recuperar el habla. Quedó como testimonio delante de todos el nombre que debería llevar el niño nuevo. Cuando nace algo nuevo de Dios a veces no podemos hablar abiertamente, como que tenemos la boca “cerrada”, pero cuando le ponemos un nombre…!pum¡ se destapa nuestro entendimiento y podemos hablar claramente. El nombre dice mucho de lo que somos.

Después dice que todos se llenaron de temor al ver lo que sucedía y que pronto se propagó toda esa historia por todas las montañas de Judea. Cuando nace algo nuevo de Parte de Dios, sobreviene un temor de Dios tremendo, porque la gente puede “palpar” y “ver” a Dios con sus propios ojos, y son cosas que se divulgan de inmediato. Me pongo a pensar en lo que sucedió hace muchos años en Toronto, cómo fue que se propagó por todo el mundo lo que estaba aconteciendo en esa congregación…¡todos querían ir a ver lo que Dios estaba haciendo!

Armando Carrasco Z.