martes, 20 de octubre de 2009

Siempre con Él. Lucas 5:33

“Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y así mismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben?” Lucas 5:33

Es impresionante cómo se repite la historia vez tras vez. Empecemos por un hecho en particular, Juan en su momento representó todo un mover de Dios, todo un avivamiento. La gran mayoría de las personas de Jerusalén sabían quién era Juan. Fue un hombre de Dios importante en su momento. Hizo cosas que dejaron boquiabiertos a muchos.

Inclusive trajo nuevos conceptos, como el del bautismo. Era algo que se manifestó en ese mover de Dios. Recordemos que Juan tuvo un propósito bien específico, y era el de preparar el camino a Jesucristo, hizo toda una revolución en su momento.

Ahora bien, cuando llega Jesús trae consigo un nuevo mover de Dios. Con muchas cosas nuevas que la gente que vio lo que hacía Juan se quedaba boquiabierta, y tanto era su asombro que le preguntaron: ¿por qué tus discípulos no hacen lo mismo que hace Juan? Primero la gente se asombró con lo que hizo Juan pero después lo aceptó y lo institucionalizó. Lo hicieron regla, lo hicieron ley. Entonces cuando ven a Jesús hacer cosas diferentes pues lo relacionan con lo que ya conocían. Y fijémonos bien en este detalle; la gente relaciona lo que hacía Juan con lo que hacían también los fariseos. Los pone al mismo nivel. Una vez que la gente se acostumbra a la que Dios ha traído nuevo a la tierra lo hace religión. Los fariseos en ese entonces eran los religiosos de su época y Juan era la contraparte, pero en este momento de la historia la gente los pone en el mismo nivel.

Actualmente nos pasa lo mismo, cuando Dios trae un nuevo mover a la Tierra, al principio es tan novedoso que ofende hasta los mismos cristianos, pero con el paso del tiempo ya no espanta a nadie porque los mismos cristianos institucionalizan el mover de Dios lo meten en cuatro paredes, en lineamientos y reglas y termina por convertirse en una religión.

La gente cuando ve algo que Dios está haciendo nuevo lo primero que preguntan es que por qué no se hacen las cosas como se hacían antes, o por qué no se hacen las cosas como las hace tal o cual persona. Por la sencilla razón de que la gente hace muy fácil de un mover de Dios una religión.

La tendencia del hombre siempre es buscar caminos rutinarios que le faciliten las cosas. para el hombre es más fácil recorrer un camino ya hecho que abrir camino, mucho menos andar un camino en el que diario hay que hacer brecha.

Dios es un Dios de cambios. Y nosotros debemos ser hijos de cambios, acostumbrados a ellos. Esa debe ser nuestra forma natural de vivir. Buscar dónde se está moviendo Dios para movernos con Él. Los militares son removidos constantemente en diversas partes de la república y en algunos ejércitos, del mundo, los hijos de militares cambian tanto de ciudades y de escuelas que se crean con una cultura de cambio. No sólo están preparados al cambio, sino que están habituados al cambio. Cuando se estacionan más de un tiempo en algo, buscan la forma de cambiar. No pueden acostumbrarse a vivir rutinas. Habrá sus excepciones, como en todo, pero es un ejemplo claro de lo que debemos buscar. Nosotros somos hijos de un Dios militar, de un Dios guerrero. Y nosotros como sus hijos debemos estar habituados a los cambios.

Nuestra pregunta diaria debe ser: ¿dónde estás Dios? Porque quiero estar allí. Perfectamente a tu lado. En las mismas coordenadas al mismo tiempo. En ningún otro lugar. Siempre contigo.

Armando Carrasco Z

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