miércoles, 13 de mayo de 2009

Focus. Lucas 4:42-44

“Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea.” Lucas 4:42-44

En este pasaje vemos que Jesús también se cansaba, por eso creo que al amanecer lo primero que hizo fue buscar un lugar desierto para despejarse un poco. En México llamamos “engentar” cuando alguien pasa mucho tiempo con la gente y queda uno aturdido y cansado. Yo creo que algo parecido la pasó a Jesús y por eso busca un lugar desierto, pero la gente no lo entendió y lo siguió.

Y no sólo eso sino que le pedía que se quedara con ellos más tiempo. Esta gente había visto tantos milagros, había visto tantas cosas sobrenaturales que querían que Jesús se quedara con ellos. Y dice la Biblia que la gente lo detenía. Estaban tan maravillados con lo que Jesús estaba haciendo que trataron de convencerlo a que se quedara. Pero aquí vemos algo bien interesante, Jesús no se queda. De alguna manera sabía que la popularidad que se incrementaba de él era por sus milagros y no por su mensaje. Por eso inmediatamente les dice Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios; porque para esto he sido enviado. La salvación del hombre es lo más importante para Jesús. Su ministerio incluía las sanidades y las liberaciones pero no eran lo más importante. Tal vez la gente empezó a poner demasiada importancia en sus milagros y no tanto en el mensaje por eso la respuesta de Cristo.

En la actualidad sucede lo mismo. Creo que esa actitud del hombre no ha cambiado en nada. Queremos ver lo espectacular de una sanidad milagrosa. Pero no le damos importancia al mensaje de la verdad presente. Y créeme que yo no sólo soy un creyente de los milagros y del poder de Dios, soy de los que lo buscan. Creo en ello. Pero con los años me he dado cuenta de la enorme valía de la verdad presente y procuro no dejarme empañar por los espectacular de los milagros.

Los milagros todavía existen, el poder de Dios sigue igual. Pero no dejemos que por buscarlos perdamos de vista cuál es la verdad presente que Dios está hablando a la Iglesia en estos días. Mucha gente se quedó estancada en los milagros y no se hadado cuenta que Dios está moviendo a la Iglesia. Busca el milagro y ha perdido de vista al que hace los milagros.

Dios es un Dios de amor y por ese amor enorme es que nos ayuda con respuestas sobrenaturales para sacarnos de nuestros problemas o enfermedades o ataduras. Pero Él quiere que lo conozcamos mejor y que caminemos a su lado. No atrás de Él, no adelante de Él, sino a su lado. Creo que es muy válido orar por una sanidad, creo que es muy válido liberar a los oprimidos. Pero por favor nunca quites tu vista de Aquel que te ama y que dio su vida por ti.

Estoy seguro que un día Dios va a contestar nuestras oraciones con mayor potencia y cantidad. Creo que es algo real que sucederá en la Iglesia, pero estoy convencido que es nuestro deber no dejarnos llevar por lo sobrenatural, al grado de perdernos en la búsqueda del milagro.

Este pasaje termina diciendo que predicaba en las sinagogas, en otras palabras, no sólo liberaba a los oprimidos, no sólo sanaba a los enfermos, sino que predicaba, se dedicaba a la enseñanza de la palabra y se dedicaba a anunciar el evangelio del Reino. Creo que nosotros debemos seguir su ejemplo, debemos incluir lo sobrenatural pero no debemos dejar de predicar el evangelio de la gracia.

Ahora sólo quiero hacer una aclaración. En ese entonces Jesús vino a predicarle al pueblo judío, por eso se dirigía a las sinagogas, pero en la actualidad el mensaje de la gracia es para todo mundo, no sólo debemos enseñar en las congregaciones, debemos llevar su mensaje a todo el mundo.

Armando Carrasco Z

lunes, 4 de mayo de 2009

Creer y luego ver. Lucas 4:40

“También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” Lucas 4:40

Este pasaje nos habla de algunas cosas que debemos prestar atención, en el versículo anterior vimos que Jesús sanaba a mucha gente de sus enfermedades, de todo tipo de enfermedades tanto físicas como emocionales, pero en este versículo habla específicamente de demonios en las personas.

Ahora bien, en otro pasaje estudiaremos más sobre este tema pero lo que quiero que veamos en este versículo es cómo es que los demonios reconocían a Jesús.

Cómo es posible que la gente no podía reconocer a Jesús aún los dirigentes religiosos de la época no podían reconocer a Jesús como el Hijo de Dios. Y realmente la respuesta es muy sencilla; Los hombres querían ver a un Rey en la carne, un rey de carne y hueso que pudiera solucionar sus problemas políticos y sociales que en ese momento enfrentaban como nación. Querían ver a un rey físico.

En cambio los demonios, al ser espíritus, podían ver en el espíritu verdaderamente quién era Jesús, ellos inmediatamente lo reconocieron y le gritaban que él era el hijo de Dios.

Actualmente, pasa lo mismo, muchas veces queremos ver a Dios con nuestros ojos físicos, queremos ver muchas manifestaciones físicas, Yo no estoy en contra de los milagros creo firmemente en ellos y hasta los promuevo, pero me doy cuenta que mucha gente lo único que busca es el milagro físico. Creo que se ha abusado de buscar la manifestación física de los milagros y “las señales”.

Creo que debemos hacer un esfuerzo para crecer en el espíritu. Nosotros no andamos por vista sino por fe. No debemos caminar según lo que vemos, sino según lo que creemos. Por lo que debemos esforzarnos en crear hábitos de fe, que nos ayuden a vivir esta vida, viendo en el espíritu.

Mira, piensa en esto; Jesús no nos dejó huérfanos, sino que ha enviado a su Santo Espíritu con nosotros, Él está aquí en la tierra no solo con nosotros sino en nosotros. Y el Espíritu Santo es eso Espíritu y solo podemos guiarnos viéndolo en el espíritu, sólo podemos avanzar por fe.

Si logras aprender este pasaje te vas a ahorrar muchos dolores de cabeza. Cuando haga falta que Dios realice un milagro, búscalo con todo el corazón, pero no pongas tu corazón en la manifestación. Por muy grande que sea el milagro, no olvides que más grande es el que los hace, por más grandes y por muchos milagros que veas nunca olvides que el motivo de todo esto es por amor a ti.

Otra cosa; aún cuando tu creas que hace falta muchos milagros no vayas en busca de lo milagroso, porque puedes caer en buscar el milagro sólo por ver los milagros. Puedes caer en ser un Tomás moderno que necesitas ver para creer, recuerda que en el caminar cristiano, primero creemos y luego vemos.

Querer ver antes de creer prepara un terreno muy fértil para el legalismo, es la antesala de vivir en la ley donde obtienes las cosas por lo que haces, y las pierdes por lo mismo. Mientras que ejercitarnos en la fe nos ayuda a mantener nuestra perspectiva en la gracia soberana donde no merecemos lo que recibimos y aún sin hacer nada lo recibimos.

A la larga, los ojos de la fe ven más que los ojos físicos, a la larga se llega más lejos cuando se camina por fe que cuando se camina por vista. Hay un galardón en los ambientes espirituales para los que caminan por fe, ese galardón es nada mas y nada menos que agradar a Dios.


Armando Carrasco Z