lunes, 4 de mayo de 2009

Creer y luego ver. Lucas 4:40

“También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” Lucas 4:40

Este pasaje nos habla de algunas cosas que debemos prestar atención, en el versículo anterior vimos que Jesús sanaba a mucha gente de sus enfermedades, de todo tipo de enfermedades tanto físicas como emocionales, pero en este versículo habla específicamente de demonios en las personas.

Ahora bien, en otro pasaje estudiaremos más sobre este tema pero lo que quiero que veamos en este versículo es cómo es que los demonios reconocían a Jesús.

Cómo es posible que la gente no podía reconocer a Jesús aún los dirigentes religiosos de la época no podían reconocer a Jesús como el Hijo de Dios. Y realmente la respuesta es muy sencilla; Los hombres querían ver a un Rey en la carne, un rey de carne y hueso que pudiera solucionar sus problemas políticos y sociales que en ese momento enfrentaban como nación. Querían ver a un rey físico.

En cambio los demonios, al ser espíritus, podían ver en el espíritu verdaderamente quién era Jesús, ellos inmediatamente lo reconocieron y le gritaban que él era el hijo de Dios.

Actualmente, pasa lo mismo, muchas veces queremos ver a Dios con nuestros ojos físicos, queremos ver muchas manifestaciones físicas, Yo no estoy en contra de los milagros creo firmemente en ellos y hasta los promuevo, pero me doy cuenta que mucha gente lo único que busca es el milagro físico. Creo que se ha abusado de buscar la manifestación física de los milagros y “las señales”.

Creo que debemos hacer un esfuerzo para crecer en el espíritu. Nosotros no andamos por vista sino por fe. No debemos caminar según lo que vemos, sino según lo que creemos. Por lo que debemos esforzarnos en crear hábitos de fe, que nos ayuden a vivir esta vida, viendo en el espíritu.

Mira, piensa en esto; Jesús no nos dejó huérfanos, sino que ha enviado a su Santo Espíritu con nosotros, Él está aquí en la tierra no solo con nosotros sino en nosotros. Y el Espíritu Santo es eso Espíritu y solo podemos guiarnos viéndolo en el espíritu, sólo podemos avanzar por fe.

Si logras aprender este pasaje te vas a ahorrar muchos dolores de cabeza. Cuando haga falta que Dios realice un milagro, búscalo con todo el corazón, pero no pongas tu corazón en la manifestación. Por muy grande que sea el milagro, no olvides que más grande es el que los hace, por más grandes y por muchos milagros que veas nunca olvides que el motivo de todo esto es por amor a ti.

Otra cosa; aún cuando tu creas que hace falta muchos milagros no vayas en busca de lo milagroso, porque puedes caer en buscar el milagro sólo por ver los milagros. Puedes caer en ser un Tomás moderno que necesitas ver para creer, recuerda que en el caminar cristiano, primero creemos y luego vemos.

Querer ver antes de creer prepara un terreno muy fértil para el legalismo, es la antesala de vivir en la ley donde obtienes las cosas por lo que haces, y las pierdes por lo mismo. Mientras que ejercitarnos en la fe nos ayuda a mantener nuestra perspectiva en la gracia soberana donde no merecemos lo que recibimos y aún sin hacer nada lo recibimos.

A la larga, los ojos de la fe ven más que los ojos físicos, a la larga se llega más lejos cuando se camina por fe que cuando se camina por vista. Hay un galardón en los ambientes espirituales para los que caminan por fe, ese galardón es nada mas y nada menos que agradar a Dios.


Armando Carrasco Z

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