lunes, 18 de febrero de 2008

Un paréntesis. Declaraciones fuertes. Lucas 1:46-55 y 67-79

Quise reservarme para la clase 16 esta porción porque me llama mucho la atención un punto. Cuando María habla no menciona nada de que “fue llena del Espíritu Santo” ella empieza a decir, consulta por favor tu Biblia en el versículo 46 al 55, cosas que seguramente ella había aprendido ya que cita muchas partes del antiguo pacto. De hecho cada párrafo es una mención de las escrituras, yo creo que a María le cayó el veinte, como decimos en México, y empezó a darse cuenta de lo que le había sucedido y no pudo contenerse de hablar y expresar a los cuatro vientos lo que Dios había hecho con ella.

Por el otro lado, Zacarías, dice la Biblia que fue lleno del Espíritu Santo y empezó a profetizar. Habla de dos cosas, primero habla de Jesús como salvador, dice “…y nos levantó un poderoso Salvador…” y mas adelante habla de su propio hijo y dice “…y tú, niño, profeta del Altísimo, serás llamado.

Esta diferencia entre uno y otro es una diferencia que a veces nos sucede a nosotros, a veces después de un tiempo de caminar en el cristianismo, aprendemos muchos versículos y pasajes de la escritura, y cuando en un momento importante de nuestra vida los expresamos de manera natural como una alabanza, es parte de nosotros, es nuestro conocimiento de las escrituras, es nuestro lenguaje, sin embargo, también llega a suceder que cuando estamos en una determinada situación, también podemos ser llenos del Espíritu Santo y profetizar, son dos dimensiones diferentes, las dos válidas, pero es bueno poder distinguir una de otra.

Siempre he creído que los cristianos debemos ser gente pensante, gente que medita las cosas, principalmente la palabra de Dios, y estos pasajes de que tanto Elisabet y Zacarías fueron llenos del Espíritu Santo, verdaderamente rompen todos mis esquemas, porque podríamos pensar que para ser llenos del Espíritu Santo, primero debemos ser cristianos y haber nacido de nuevo, pero este pasaje nos hace pensar porque Zacarías y su esposa fueron llenos del Espíritu Santo antes de que siquiera Jesús hubiere nacido. Jesús no había ido a la cruz a derramar su sangre, y sin embargo ellos fueron llenos del Espíritu Santo. Yo en lo particular creo que intervienen dos cosas; la gracia soberana de Dios y la fe del hombre. Observación: tanto como Elisabet como Zacarías mencionaron dos cosas importantes Elisabet dijo “…que la madre de mi Señor venga a mi?” en fe reconoció a Jesús como su Señor, Por otro lado Zacarías dice “… y nos levantó un poderoso Salvador” y más adelante dice “…para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados” yo creo que estas dos declaraciones fueron hechas en fe y son declaraciones muy fuertes.

Cuando podemos ver que Dios nos llena de su Espíritu no es otra cosa que gracia sobre nuestras vidas. Nosotros no lo merecemos, pero Él nos da el regalo.

Armando Carrasco Z.
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