sábado, 12 de abril de 2008

Compartir la clave para lo increíble. Lucas 2:15-19

“Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.” Lucas 2: 15-19

Inmediatamente después de que se fueron los ángeles los pastores actuaron, estaban atónitos pero querían hacer algo al respecto, y lo lógico era ir a ver. Y no importó la hora ellos decidieron ir. Lo que debemos aprender de esto es que no se quedaron con la “experiencia” no quisieron quedarse para si la gloria del Señor, porque realmente la disfrutaron, ellos quisieron ir a ver a su Salvador. Debemos aprender que cuando suceda algo sobrenatural no debemos poner los ojos en las manifestaciones sino en el Salvador.

Cuando llegaron y vieron al niño lo primero que hicieron fue lo que todos hubiéramos hecho le dijeron a todos lo que habían experimentado. Y dice la Biblia que todos se maravillaron. Y no era par menos. Con todo lo que había vivido, María y su concepción sobrenatural, esto de los pastores era para confirmar lo que estaba sucediendo. Creo que platicarlo parece fácil pero si nos ponemos en los “zapatos” de María y José podríamos entenderlo mejor, imagínate que ellos están bien contentos con su bebé y están un poco incómodos por estar en el establo pero estaban a media noche y de repente llegan un montón de pastores todos alborotados queriendo ver a su hijo…la primer pregunta que se han de haber hecho maría y José es quién les avisó…y cuando los pastores les dicen que nada mas y nada menos que millares de ángeles la cara de asombro ha de haber sido inolvidable.

Yo creo que hubo un momento en que todos se hacían preguntas y preguntas. Y son tantos los sucesos que han de haber amanecido platicando y maravillándose de lo que veían y escuchaban. Actualmente así sucede con nosotros. Cuando Dios llega a tu vida empiezan a suceder tantos y tantos eventos donde ves a Dios que te podrías pasar horas platicando de él y de lo que tus ojos han visto.

Sin embargo también vemos otra actitud de los mismos hechos, dice en este pasaje que María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Esto también nos hace reflexionar ya que muchas veces vamos a vivir cosas sobrenaturales que debemos guardarlas y meditarlas en nuestro corazón.

Guardarlas por la sencilla razón que no podemos hacer lo que hizo José el soñador que por andar platicando su sueño de grandeza lo vendieron como esclavo. La prudencia debe ser fiel compañera de las revelaciones. Créeme durante toda tu vida de cristiano vas a ver muchas cosas sobrenaturales, muchas.

Y meditarlas porque no debemos sólo ver y oír sino meditar , lo cual es un ejercicio muy olvidado de los hombres de este siglo. Según el diccionario meditar es Aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo. Profunda atención. Poner un énfasis muy fuerte en lo que pensamos de una determinada cosa. No soltarlo sino estar “sobando” la idea, verla por todos lados analizarla, y ver con profundo cuidado todos los detalles de lo que estamos meditando.

De todas las cosas sobrenaturales que te van a suceder créeme que al meditarlas encuentras mucha enseñanza par tu propia vida. Es muy común que un evento sobrenatural traiga con sigo no solo algo impactante en lo natural sino algo trascendente de enseñanza, pero hay que meditarlo. Tampoco se trata de convertirnos en “seres místicos” que vamos por la calle con la mirada perdida haciendo mmmmm… no simplemente se trata de no soltar lo que Dios nos da.

Armando Carrasco Z.

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