lunes, 8 de diciembre de 2008

¡Escrito está! Lucas 4:1-12

“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.” Lucas 4:1-12


Ahora estudiemos otro aspecto del mismo pasaje. La primer tentación vimos que fue a nivel cuerpo, a nivel de la carne. Y el diablo se enfoca en el hambre y le dice a Jesús que convierta las piedras en pan, después la segunda tentación es a nivel alma donde le propone que lo adore y que le daría todos los reinos de la tierra. En esta parte el diablo comenta que a él le han sido entregados todos los reinos de la tierra. Vemos que empieza a usar argumentos válidos. Usa una tentación con argumentos verdaderos. Esto a mi me pone a pensar mucho. Porque el enemigo sabe perfectamente su situación y su derecho y trató de usarlo abiertamente con Jesús. El engaño no estaba en el argumento, el engaño estaba en lo que sucedería después si Jesús lo adoraba. Jamás le daría los reinos de la Tierra. Usó un argumento válido para prometer una mentira.

Pero el diablo va más lejos en la tercera tentación, usa las Escrituras para tentarlo. Le dice que se eche de lo alto del pináculo del templo y le recita el salmo 91 del versículo 11 al 12. “A sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden…en las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra” El diablo usó la Biblia para tentar a Jesús. Usó la espada correcta con una motivación y un propósito incorrecto.

Ahora bien, Veamos las respuestas de Jesús en los tres niveles de tentación; en las tres uso las Escrituras. Aún cuando la tentación fue a nivel carne o alma o espíritu, Jesús usó la Biblia para contrarrestar las diferentes tentaciones del diablo. No confió en su fuerza de voluntad, no confió en sus conocimientos, sino que usó las Escrituras para vencer las tentaciones. Por eso toma fuerza su frase de “Escrito está”. El diablo pudo llegar con mil tentaciones, pudo usar la misma Biblia para tentarlo pero Jesús estaba cimentado en la Palabra de Dios. Su mejor contra-ataque fue la Palabra y ganó.

El diablo se sabe la Biblia de memoria, ha tenido muchos años para estudiarla y la usa en contra de los cristianos. Y lo peor es que a veces no llega tan directo como con Jesús, sino que además envuelve sus tácticas con confusión para que caigamos en sus redes. Por eso es tan importante que aprendamos a usar la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. No sólo a memorizarla sino a usarla correctamente. Es tan importante memorizarla como el usarla. Una forma de empezar a usarla es aprender a meditar en la Palabra, porque al hacerlo nuestra mente empieza a acomodarla en las situaciones que necesitamos para la vida. Cuando meditas la Palabra, profundizas en ella y te das cuenta del gran impacto y repercusiones que tiene para nuestra vida diaria, te das cuenta que la Palabra no es algo místico inalcanzable, sino que tiene poder para nuestras vidas. Te das cuenta que verdaderamente es una espada de dos filos. Que corta y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (He 4:12)

La próxima vez que venga la tentación lo primero que debes hacer es saber que viene del enemigo, y que no importa lo que te diga aún usando la misma Biblia, y debes usar la Palabra para contrarrestarlo y salir vencedor. Y no olvides que todo enemigo que Dios pone frente a ti es porque tienes la capacidad de vencerlo.

Armando Carrasco Z

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