martes, 17 de febrero de 2009

¡Bibliazo! Lucas 4:20-22

“Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirle: Hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros.” Lucas 4:20 y 22

Este pasaje se ha usado para un sin fin de situaciones, por ejemplo muchos han basado este pasaje para avalar la búsqueda de guianza divina “ruletando” la Biblia, en otras palabras, abrir la Biblia al azar y ver dónde se abrió para ver qué está hablando Dios. Pero quiero aclarar algo, creo que puede darse el caso en que Dios te hable por que abres la Biblia y donde pones tus ojos hay un mensaje claro y rehma para ti. A mi me ha pasado, no una vez sino muchas veces, pero es muy diferente a cuando usas esa “técnica” para escuchar la voz de Dios. Que tomas la Biblia, oras cierras los ojos y la abres… y eso lo haces mecánicamente. Y por una simple razón creo que no es conveniente hacer esto, si Dios lo permitiera, sería un obstáculo en tu desarrollo como cristiano. Porque lo que Dios quiere es que aprendas a escucharlo a Él en una relación íntima, y no en una “ruleta” de la suerte bíblica.

A muchos se les ha quitado esta costumbre cuando abren la Biblia y leen o una serie de maldiciones o una serie de nombres y nombres y nombres que no dicen nada. Si “sale” algo feo… no fue Dios el que habló y si sale algo bonito… lo toman como promesa. Dios quiere que tengas una relación viva con él más que una mecánica para escuchar Su voz.

Sin embargo, aclaro que sí es posible que Dios use esta forma para hablarnos, este pasaje es un ejemplo, porque aunque dice que halló el pasaje, que implica buscarlo, dice que se le dio el libro del profeta Isaías, y de eso no tenía control, y sucede que el libro que le dan habla de él y de lo que iba a hacer en la Tierra. Es impresionante, la exactitud de los hechos, milimétricamente exacto.

Dice la Biblia que todos pusieron los ojos en él. Imagínate el suceso, todos en silencio, reconociendo en sus corazones que algo estaba pasando, que no era un día común y corriente, que algo se estaba gestando, se daban cuenta en su espíritu que estaban escuchando la voz de Dios. Mostrando a Cristo, y mostrando sus planes. Simplemente se quedaron callados y todos pusieron sus ojos en él.

Y como todos lo estaban viendo, simplemente les dijo que ese día se cumplía esa escritura delante de ellos. Me gusta imaginármelo, porque ellos se daban cuenta de que Dios estaba en medio de ellos, tal vez no podían entenderlo con su mente, pero su espíritu se estaba dando cuenta.

Hoy en día sucede en algunas reuniones, cuando sabes de que sabes que Dios está en medio. Que te das cuenta que Dios está presente allí, no hablo de su omnipresencia, ni de estar seguro por fe, hablo de que se manifiesta su presencia en un lugar determinado a una determinada hora.

En otra ocasión hablaremos de manifestaciones de la presencia de Dios, pero hoy me refiero a cuando Dios habla y sabemos en el espíritu de que es Él hablando. Y lo curioso es que todo el auditorio se da cuenta y sucede lo de este pasaje, que ponemos los ojos en Él. De hecho creo que esto es una buena directriz, cuando tus ojos los pones en Él, ni dudarlo…es Dios quien está presente, cuando pones los ojos en el predicador…es sólo una emoción humana.

No hagamos a un lado algunas formas en las que nos habla Dios, pero tampoco hagamos técnicas o mecánicas para escuchar su voz, lo importante de todo esto es que aprendamos a llevar una relación viva con Dios. Después de todo el sigue vivo y le fascina presentarse en medio de los creyentes.

Armando Carrasco Z

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