martes, 10 de febrero de 2009

Ungido y enviado. Lucas 4:16-19

“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.” Lucas 4:16-19

La otra parte que debemos estudiar de este pasaje es lo que dice del Espíritu Santo, dice que “…me ha ungido…” y también dice “…me ha enviado…” Dice que el Espíritu Santo lo ungió y lo envió. Esto nos presenta un claro panorama de los propósitos de la unción.

No dice en este pasaje que fue ungido por el Espíritu Santo para regocijo personal, sino que tenía un propósito bien definido. Es necesario entenderlo porque creo que cada vez más vamos a caminar ungidos del Espíritu Santo. No será como en los congresos de “Unción y Milagros” donde sólo se pide la unción para el momento y ya. Veremos que esa unción viene sobre personas para un propósito bien definido.

Esta unción no precisamente la vas a “cachar” en un congreso, sino en tu casa, en un estudio bíblico, en el lugar que menos te imagines, pero una cosa es segura, tú vas a saber lo que está pasando. Y debes saber para qué está pasando. Debes ir a lo que Dios te lleve, puede ser para predicar, para sanar o para liberar.

Algo que debemos tomar en cuenta que esta unción está acompañada de la Palabra. No es evento aislado, sino que proviene de la Palabra. Cuando Jesús fue ungido estaba leyendo precisamente el libro de Isaías. El pasaje que mostró la vida de Jesús en la Tierra.

No podemos conformarnos sólo con sentir bonito. Es necesario que acompañemos de la Palabra la unción del Espíritu Santo. Muchas personas se han desviado por seguir sólo la unción. La unción tiene mucho poder. Mal usado puede perjudicarnos.

Cuando me refiero a la Palabra no sólo me refiero a respaldar lo que vemos con lo que dice la Biblia, sino me refiero a poner en práctica la Palabra, poner a trabajarla en nuestras vidas para que produzca un carácter refinado en nosotros. Que pueda verse Cristo en nosotros.

Cuando podemos basar la unción en la Palabra tendremos en nuestras manos un poder para predicar, sanar y liberar como ni siquiera lo imaginamos. Hay mucha gente que está persiguiendo la unción. Hay mucha gente que está persiguiendo las señales, pero se está olvidando del poder de la Palabra. Y los resultados o son desastrosos o simplemente no sucede nada eterno, sin o sólo obras que no van a trascender.

La palabra clave de todo esto es destino porque cuando tu búsqueda de unción y llenura del Espíritu Santo está basada en la Palabra, te vas a encontrar con tu destino. Serás ungido y lleno del Espíritu Santo para que cumplas con tu destino. Una cosa es saber cuál es nuestro destino y otra es estar capacitado para alcanzarlo.

Por eso es importante buscar la unción y la llenura del Espíritu Santo. Porque te da el poder para alcanzar tu destino. No sólo sabes lo que tienes que hacer, sino que lo puedes hacer. Busca la unción, busca la llenura del Espíritu Santo, pero no para pasarla bien en una reunión, búscala porque sabes de que sabes que tienes un propósito en esta Tierra y quieres cumplirlo. Está al alcance de tu mano. Sé lleno ahora del Espíritu Santo y recibe la unción que necesitas. Ahora.

Armando Carrasco Z.

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