martes, 28 de abril de 2009

A través de ti, literalmente. Lucas 4:40

“Al ponerse el sol, todos los que los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.” Lucas 4:40

Creo que por mucho tiempo estos pasajes son de gran esperanza para nosotros, para la gente y para muchos. Porque vemos a Jesús dándose el tiempo para atender todas las necesidades. El hombre está conformado de tres partes de cuerpo, alma y espíritu. Y las tres partes necesitan de atención. Dios lo sabe y nos ayuda.

En este caso la necesidad que se suplía era para sanar la enfermedad de todos. Cuando estamos enfermos todo gira alrededor de la enfermedad, altera todo el entorno en el que vivimos. Y altera la vida de los que nos rodean, porque hay que llevar al médico, hay que darle las medicinas, llevarlo a sus terapias y todo eso, como amamos a nuestros familiares pues no es una carga el hacerlo, lo que nos duele es ver a la persona sufriendo la enfermedad, pero es una realidad que un enfermo altera la vida cotidiana de sus familiares y amigos.

Nos podemos dar cuenta que los enfermos que le llevaban a Jesús no era de enfermedades sencillas, porque vemos que dice “…los traían a él…” estaban tan enfermos que necesitaban de ayuda, cuando uno tiene gripa o un malestar estomacal, uno mismo puede ir, pero cuando necesitas ayuda, es porque de veras estás mal. Y muchos de los que iba a Jesús verdaderamente estaban enfermos de algo grave.

Me llama la atención también que dice que “… al ponerse el sol…” Y no es otra cosa que la gente va atrabajar y hacer las labores y compromisos del día y terminando iban a buscar a Jesús. No todo el mundo puede pedir permiso en su trabajo para ir a ver a Jesús y lo mejor de todo es que Jesús lo entiende. Ni se enoja ni nos reprocha nada, actualmente hoy lo vemos, habemos muchos que no podemos dejar los compromisos del día para buscar a Jesús para una necesidad. Es triste decirlo pero así es. Estamos en un mundo que gira agresivamente y nosotros debes de ser igual de agresivo, si no damos testimonio de ser responsables la imagen que tienen de nuestro cristianismo es mediocre. Jesús va a sanar de día o de tarde o de noche pero te va a sanar, ahora que si es una verdadera emergencia, no lo dudes, pide permiso y acude de inmediato por ayuda.

El otro punto importante de este pasaje; dice que “…le imponía las manos a cada uno…” no hacía oraciones “generales” para que sanara el que la “agarre”, no se daba el tiempo para tocar personalmente a todos, cuando uno está enfermo uno quiere que lo apapachen y a veces con el sentir la mano de un amigo o familiar se siente uno reconfortado. Jesús tiene todo el tiempo del mundo para tocarte de manera personal. No importa la hora, no importa la “fila” seguro te toca.

Se han hecho estudios con bebés en hospitales de beneficencia con niños abandonados y aquellos a los que no se les da cariño físico, enferman y unos mueren. El simple hecho de “tocar” es un poderoso motor que mueve más que la sanidad. Yo creo que si en estos momentos físicamente te tocara Jesús quedarías pasmado, derramándote en lágrimas. Por un toque suyo.

Yo creo en la imposición de manos en el don de sanar, pero creo que además hay algo especial en el toque humano a la persona. Estamos hechos para sentir el toque de alguien como nosotros. Un buen abrazo y un buen apretón de manos deja una huella que levanta el corazón y el ánimo. Ahora añádele a esto una sanidad…¡uf! Es increíble.

La próxima vez que vayas a orar por algún enfermos sigue este simple pero poderoso ejemplo de Jesús. Acércate a la persona, tócalo, y muéstrale el interés que tiene Jesús por él, recuerda que en la actualidad, tu eres las manos de Cristo. Literalmente Jesús toca a la gente a través de tus manos.

Armando Carrasco Z.

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