lunes, 13 de abril de 2009

Su Autoridad y la expectativa. Lucas 4:31-37

“Descendió Jesús a Capernaúm, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cuál exclamó a gran voz, diciendo: Déjanos qué tienes con nosotros Jesús nazareno?¿Haz venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios y Jesús le reprendió, diciendo; Cállate y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo:¿qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos.” Lucas 4:31-37

Aquí vemos que en sus enseñanzas de Jesús casi siempre le seguían grandes acontecimientos, grandes para los que recibían algo de Él porque sus vidas cambiaban radicalmente, gente que no podía ver recibía la vista, o gente que se levantaba de una enfermedad o era liberada su vida cambiaba, esto independientemente si eran agradecidos o no, sus vidas eran afectadas.

Yo creo que gran parte de lo que decían de que Jesús tenía autoridad para enseñar era precisamente eso, ya que lo que hablaba lo confirmaba.

En este pasaje vemos que había un hombre con un demonio y lo impresionante es que los demonios conocían a Jesús. No se refieren a él como un profeta o una persona ungida…lo reconocen como “El Santo de Dios” el espíritu podía ver a través de la carne, lo que muchos hombres no podían ver los espíritus si podían. Lo reconocen y le hablan. Pero lo mejor de todo es que lo obedecen. Jesús dio una orden y los demonios lo obedecieron.

Y la gente se preguntaba con qué autoridad lo hacía, lo curioso es que la respuesta estaba allí mismo en sus narices, los mismos demonios les dieron la respuesta pero dudo mucho que la hayan “captado”. La autoridad provenía de Dios mismo, porque Jesús es Dios. El Santo de Dios.

Cuántas veces nos ha pasado, diría mi papá “buscamos el amor teniéndolo tan cerca”, estamos en una situación en la que dentro de la misma situación está la respuesta, pero queremos respuestas “especiales” “sobrenaturales” queremos que todas nuestras preguntas lleguen directamente del cielo en un sobre con alas. Pero muchas veces no es así, la respuesta está en medio de las circunstancias que estamos viviendo.

Otra cosa que vale la pena analizar es que otra vez después de los milagros que hace su fama empieza a crecer. Esto como lo hemos estudiado anteriormente generaba un estado de expectación que provocaba que los milagros se dieran al por mayor, por una sencilla razón la fe juega un papel importante en el resultado de los mismos. Cuántas veces Jesús le dijo a la gente “Tu fe te ha salvado”. Y lo que hace la expectación es que de alguna manera hace crecer la fe de las personas. Hace tiempo vi una película que relata a un predicador estafador que emociona a la gente esperanzándola a recibir su petición, sabiendo que él era un timador, pero un día para su sorpresa Dios contesta una oración de él y uff, todo cambia para el pueblo donde se da el milagro, el sigue siendo el mismo, pero la gente no, la gente recibió la respuesta de Dios. A ese grado llega el poder de la expectativa.

Con el pasar de los años creo haberme dado cuenta que a Dios le gusta la expectativa, es un estado preparatorio para cualquier cosa que haga Dios. Yo se que ha habido muchos que han abusado de esto para fines personales, pero también he visto el gran poder de Dios que se mueve en terrenos expectantes.

Armando Carrasco Z

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