lunes, 21 de septiembre de 2009

Superando la ficción. Lucas 5:24-26

“Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. Y todos sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas” Lucas 5:24-26

Ninguna película, ninguna ficción supera la realidad de Jesucristo. Se pueden hacer muchas historias de milagros y grandes acontecimientos pero experimentar en persona una sanidad divina es algo muy pero muy superior. Ver a Dios hacer milagros, es hacer efectiva la fe y es traer a vida la esperanza. Cuando vemos milagros nuestra fe se activa y nuestra esperanza se renueva. Yo se muy bien que no debemos promover poner la fe por los milagros, somos hijos de Dios por fe y no necesitamos de milagros externos para creer, de eso estoy completamente convencido. Pero aún así cuando sucede un milagro frente a nuestros ojos, la fe se afianza.

Y sucede algo más. brota en nosotros un temor dentro de nosotros por ver a Dios tan cerca y tan tangible. Aún los que viven por fe sin querer ver el poder de Dios ni milagros, cuando sucede un milagro auténtico y de gran magnitud, la constante es un temor de ver a Dios.

Dice la Biblia en este pasaje que esta gente que presenció el milagro estaban llenos de temor, y sí decían alabanzas y se maravillaban de las cosas que estaba haciendo Dios con ellos pero lo que sentían era temor. A veces se le ha querido decir que era un temor santo o que un temor reverente. Pero sinceramente creo que era temor a solas. Y no tiene nada de malo. A final de cuentas es un encuentro divino cercano. Un encuentro personal con Dios. Tener temor es lo más natural que le puede suceder a alguien normal. Se te vienen tantas cosas a la cabeza que empiezas a sentir un gran temor por lo que estás viendo.

Yo sé que muchos van a decir “ si tienes una buena relación con tu Padre…es imposible sentir temor…” y cosas por el estilo. Ya los quiero ver, cuando un muerto resucite y los vaya a visitar a su casa. Ya los quiero ver sin temor. En este caso el temor es algo natural. No tratemos de disfrazarlo como temor “reverente”. Es temor y punto. A través de toda la Biblia lo podemos ver. Cuando Dios se presenta con alguien y queda espantado, Moisés fue uno de ellos, los pastores cuando se les dio el aviso del nacimiento de Jesús, en fin hay muchos pasajes donde podemos ver el temor que genera ver cosas divinas. E insisto…no tiene nada de malo.

En lo particular creo que todos deberíamos experimentar ese temor. Creo que sería muy bueno tener experiencias divinas que provocaran ese temor en nosotros. A muchos nos hace falta. Porque a veces la rutina de la vida hace que parezca que Dios está demasiado lejos de nosotros. Pareciera que Él está muy lejos en el cielo y que de vez en cuando abre el sobre de nuestras oraciones, esa rutina que hace que los cristianos bajen la guardia en muchos aspectos de su vida. Una experiencia de este tipo creo que los activaría de nuevo. Sin embargo se que también Dios quiere que maduremos y que no estemos dependiendo de experiencias sobrenaturales para afianzar nuestra fe.

Es necesario saber que no tiene nada de malo sentir temor por ver las maravillas de Dios. Al fin y al cabo somos hombres y Él es Dios. Pero es más importante saber que Dios quiere que maduremos al grado de no necesitar experiencias maravillosas para alabarle. Podemos cantar alabanzas para exaltarlo sin tener que ver grandes maravillas. Él es Dios y es nuestro Dios. Él nos pide que le creamos, que seremos bienaventurados si le creemos, aún sin ver sus maravillas.

Alabarlo sin ver grandes maravillas, cantarle sin tener que sentir temor por verlo tan cerca es una de las grandes cosas que podemos hacer en la vida.

Armando Carrasco Z.

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