martes, 1 de septiembre de 2009

Primero el perdón. Lucas 5:20-26

“Al ver él la fe de ellos, le dijo: hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias?¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es mas fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o levántate y anda. Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a sus casa, glorificando a Dios.” Lucas 5:20-26

Como vimos en estudios anteriores, lo más importante para Dios es la condición espiritual del individuo. La sanidad era lo más fácil de arreglar. Por eso Jesús les dice “…para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados…” la sanidad de este hombre sólo fue una muestra del poder que Tiene Dios par perdonar nuestros pecados.

Sólo él puede perdonar nuestros pecados. No hay nada ni nadie que pueda hacerlo. Ninguna religión tiene el poder para perdonar pecados. Esa es la importancia de nuestra conversión a Cristo, que todos nuestros pecados son perdonados. Muchas religiones buscan formas y procesos para acercarse a Dios, sin tomar en cuenta el único camino que existe para llegar a él, que es Jesucristo. Con todo lo que implica, aceptar su sacrifico en la cruz por el pago de nuestros pecados.

No se trató solamente de decir “te perdono y ya” el pecado existe, es real, y necesita un sacrificio para poder ser borrado. Dicho sacrificio lo realizó Jesús en la cruz y pagó por todos nuestros pecados. Muchas religiones tratan de “quitar” este hecho y crean formas para tratar de alcanzar el cielo sin el camino de la cruz de Cristo.

La misión más importante de Jesucristo en la Tierra no fue la de sanar enfermos, ni fue tampoco la de liberar a los endemoniados, tampoco fue la de resucitar muertos ni la de hacer milagros, su operación importante fue la de reconciliar al hombre con Dios. Ese fue su propósito principal, su misión de vida. Y la cumplió cabalmente. Nadie puede llegar a Dios sino por Jesucristo. No hay otro camino alterno, no hay atajos, la única forma de llegar al Padre es por medio de la fe en Jesucristo.

Esta misión fue tan importante que Dios se hizo hombre. Se transformó en uno como nosotros y caminó entre nosotros, para reconciliarnos con él. El pecado había roto toda relación con Dios, desde Adán y Eva. Y la única manera de reconciliarnos era con el sacrificio de su hijo. Y tanto nos amó que lo hizo. El amor fue su fuerza motriz para venir a la tierra y pagar un precio tan alto por nuestras vidas. He escuchado decir que la salvación es gratis. Y eso es cierto, pero no fue barata. Dios nos da entrada a él por gracia, pero el regalo de la salvación tiene un precio muy alto, el más alto que nadie se puede ni siquiera imaginar, la vida de Jesucristo.

Vemos el amor del Padre como aún con ese precio tan alto que tuvo que pagar, nos la da gratis. Es aquí donde muchas religiones del mundo no pueden entender cómo puede ser posible que el hombre no haga nada para ganar su salvación, y buscan mecanismos para que el hombre se sienta justificado. Hacen obras que intenten hacer lo que Jesús hizo en la cruz. Pero nunca lo van a lograr. En primera el acto de la salvación ya está consumado. En segundo lugar las obras religiosas para alcanzar el perdón de los pecados es infructuosa, no hay nada que hacer para ello, como dije antes, todo está hecho, es sólo el caminar por fe, creer en Jesucristo para llegar al Padre.

Si tú estuvieras enfermo en este momento, Dios quiere sanarte, pero antes echa una ojeada a tu corazón para ver tu condición espiritual. Él quiere saber antes a qué Reino perteneces y primero perdonarte tus pecados y trasladarte al reino de la luz y después opera en tu sanidad.

Armando Carrasco Z

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