lunes, 15 de septiembre de 2008

Crecimiento con sabiduría. Lucas 2:51-52

“Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” Lucas 2: 51-52

Después de todo la respuesta de Jesús a sus padres en el pasaje anterior no fue por “rebeldía”, empezaba a mostrar dónde estaba él para cuando alguien quisiera estar con Él. A primera instancia pareciera que fuera una respuesta rebelde pero aquí vemos que no es así, vemos que el estaba sujeto a ellos. El principio de la obediencia es piedra angular en Jesucristo y en su obra, porque hubo un momento en que la salvación de la humanidad radicó en su obediencia. Y desde niño vemos que fue obediente y sujeto a sus padres. Realmente lo que pasó en el templo fue para dar un mensaje: quien quiera hablarme sabe dónde encontrarme no es necesario “andar buscándome” como si él estuviera perdido. Él siempre ha estado donde debe estar, los perdidos somos nosotros.

En este pasaje dice que María guardaba todas estas cosas en su corazón, ni las desechaba pero tampoco las andaba publicando, ella vivió desde que el ángel Gabriel le dijo que se embarazaría y desde allí ella vio muchas cosas. Y todas, porque dice todas las guardaba. Creo que esto deberíamos aprenderle a María, porque muchas veces Dios nos deja ver algunas cosas espirituales pero suceden dos cosas; hay algunos que las desechan y otros que las publican. Creo que muchas de las cosas que Dios nos da, por un tiempo debemos guardarlas en nuestro corazón y a su tiempo sabremos qué hacer con eso que vimos.

Vemos que la parte final del versículo que dice que Jesús crecía en estatura y en sabiduría. Crecer en estatura sin sabiduría te lleva al fracaso, toda empresa, sea un negocio o un ministerio puede crecer en número (estatura) pero si no crece en sabiduría pronto tendrá problemas muy serios. El crecimiento sin sabiduría siempre genera problemas. Debemos desarrollar nuestro crecimiento junto con la sabiduría para que podamos establecernos mejor.

Y por último dice que crecía…en gracia para con Dios y para con los hombres. Esto es impactante por dos razones, la primera es que la gracia es desarrollable, una vez que la gracia llegó a tu vida puedes crecer en ella, o puedes estancarte. La gracia puede crecer. Eso no cabe en mi entendimiento, pero así es. Creo que se requiere de todo un libro para hablar de cómo crecer en la gracia. Pero por el momento nos quedamos con la enseñanza de que se puede crecer en la gracia.

Por otro lado vemos que también crecía en la gracia para con los hombres, por lo que vemos que hay dos tipos de gracia una para con Dios y otra para con los hombres. Por lo general cuando tienes la gracia de Dios, lleva una gracia delante de los hombres, pero muchas veces puedes tener gracia delante de Dios y no tener mucha gracia delante de los hombres por el tipo de cosas que haces. Una de ellas es por cosas que afectan a terceros, que son necesarias pero que a otros no les gusta, y la otra es en aquellas personas que cometen un pecado, que Dios los perdona, los restaura y los coloca en mejores posiciones que antes, en una total gracia de Dios. Pero el hombre sólo alcanza a perdonar (si acaso) pero no entiende la restauración completa. Y deja de generar gracia para esa persona. Esto sucede muy a menudo, me acuerdo de una frase que me impacta mucho: “Dios perdona y el hombre también. Dios olvida, el hombre nunca”.

Entonces, tenemos que esforzarnos en crecer en lo material, físico en estatura o número cuidando también el crecimiento de la sabiduría, y crecer en la gracia delante de Dios cuidando también crecer en la gracia delante de los hombres.

Armando Carrasco Z.

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