lunes, 8 de septiembre de 2008

En la casa de Papá. Lucas 2:48-50

“Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les habló.” Lucas 2: 48-50


Ya vimos que tanto José como María vivieron unos días de angustia por no encontrar a sus hijo, fue terrible para ellos y cuando por fin lo encuentran le “echan” toda la culpa a Jesús, lo que suena diferente y retador es lo que Jesús les responde: ¿Por qué me buscabais? Parece tan obvia la pregunta que a primera vista pareciera que así como María y José se equivocaron al culpar a Jesús, también se estaría equivocando, pero no es así. Su respuesta lleva mucho de fondo. Porque esa pregunta sigue vigente. Y nos la hace a nosotros ¿por qué me buscas? Si ya sabes dónde estoy. Sus padres no lo sabían, por eso les dice ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? En otras versiones de la Biblia dice ¿No sabías que en la casa Padre me es necesario estar? Creo que con este significado nos quedamos. Jesús está en la casa de su Padre, no hay que buscarlo por todos lados.

Hay mucha gente que busca a Dios en religiones, en sectas, filosofía, pero Él no está allí, aún en círculos cristianos lo andan buscando en congresos o el domingo o con el pastor, pero Él no está allí. Él se encuentra en la casa de su Padre. Si quieres platicar con Él, lo único que tienes que hacer es ir a la casa de su Padre y seguro lo encuentras. No has escuchado gente que dice “voy a buscar a Dios” ó “busca a Dios” refiriéndose a la oración. En lo particular creo que es un mal término para los cristianos decir “busca a Dios”, Nosotros sí sabemos dónde está.

Lo impresionante de todo esto es lo siguiente. La casa de Dios somos nosotros. Dice la Biblia que Él no habita en templos hecho por manos humanas, sino que habita en nosotros. Si tu quieres hablar con Dios sólo ve a donde está no tienes que andar buscándolo. Ya sabes dónde está. NO está en un templo, NO está en el cielo, está en ti.

Por otro lado dice la Biblia que somos piedras vivas, todos los que creemos en Jesucristo somos como piedras vivas, y juntos podemos construir un habitáculo para que Dios more entre nosotros, dice su Palabra que donde dos o mas se reúnen en su nombre Él está allí. Por lo que podemos concluir que Dios puede hablar contigo en ti, pero también puede hablarte a través de su Cuerpo aquí en la Tierra que es la Iglesia. Y no me refiero a que vas a encontrar a Dios en un lugar físico, en un edificio, sino en un lugar donde estén reunidos dos o más cristianos en su nombre.

A Dios le gusta hablarnos en persona, pero también le gusta hablarnos por medio del cuerpo, no hay en toda la Tierra un hombre o una mujer que tenga toda la revelación de Dios. Pueden tener fragmentos y algunos más que otros pero ninguno que tenga todo el conocimiento de Dios. Es imposible. Por eso necesitamos de todos, lo que uno no tiene lo encuentra en otro. Y viceversa.

Entender este principio nos lleva a madurar. Porque cuando necesitamos de Dios hay un lugar donde está, no hay que ir muy lejos ni pasar tres días buscándole Él está en la casa de su Padre, Él está en su cuerpo aquí en la Tierra. Este principio nos mantiene humildes. Nos cerca de tal manera que no podamos creer que somos los únicos que tienen la verdad absoluta. Necesitamos de todo el cuerpo. Allí en medio está Él. NO le andes buscando ni desgastándote por tres días. Si José y María hubieran sabido desde un principio dónde estaba se dirigirían directamente allí. Nosotros si sabemos dónde está.

No gastes tiempo buscándolo, mejor pasa es tiempo con Él. Te repito. Ya sabes dónde está.

Armando Carrasco Z.

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