lunes, 24 de agosto de 2009

Persigues o eres perseguido. Lucas 5:20-26

“Al ver él la fe de ellos, le dijo: hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias?¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? ¿Qué es mas fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o levántate y anda Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la Tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando su lecho en que estaba acostado, se fue a sus casa, glorificando a Dios.” Lucas 5:20-26

Yo creo que ha todos nos ha impactado este pasaje. Por todos los aspectos vemos grandes cosas para aprender, lo primero que analizaremos es la postura de los escribas y de los fariseos. Estos que conocían toda la ley y que se jactaban de guardarla, no pudieron reconocer al autor de la ley. Sus ojos se estacionaron más en la ley que en su creador. Guardaron tanto la ley que perdieron de vista a Dios. Cuánta gente de ese tiempo pudo decir “¡yo hable con Dios en persona!” pero estos escribas y fariseos no sólo hablaron con Dios sino que le discutieron y tal vez muchos de ellos no se dieron cuenta en vida a quién le habían reclamado. Créanme si hubieran sabido, yo creo que jamás se hubieran atrevido siquiera a mirarlo a los ojos.

Los fariseos siempre han representado a la parte religiosa, tanto de ese tiempo como en nuestros días metafóricamente. Un fariseo actual es aquella persona que se convierte en “legalista” y que muchas veces pierde de vista Dios. A estos fariseos les importa guardar las tradiciones, y las leyes tal y como se les fue presentada. Y cuando alguien presenta algo nuevo, aunque venga de parte de Dios lo rechazan y muchas veces lo persiguen.

Empiezan como buenos cristianos, empiezan a crecer en la congregación, reciben un discipulado, y empiezan a entrar en el sistema sacerdotal de la Iglesia y en su cabecita creen que hay una línea entre ministros de tiempo completo y laicos. Y es en ese punto donde todo se echa a perder, porque creen que Dios tiene una raza especial de cristianos llamados ministros y una clase inferior de cristianos llamados ovejas. Entonces empiezan a jugar su rol de clase especial ministerial y empiezan a tratar de guardar todo aquello que los distingue de la plebe.

Entonces cuando una ovejita se acerca y le dice “Tuve una revelación…” uy uy uy llega el apocalípsis porque el ministro/fariseo le da una enseñanza de porque lo que recibió no puede ser una revelación… Porque Dios no puede hablarle a su pueblo así nomás, tiene que prepararse y que la revelación primero tiene que llegar a la cabeza y después al cuerpo y saca versículos del antiguo testamento (principios sacerdotales) y pone una línea divisoria entre su oveja y él.

El sistema sacerdotal actual restringe de manera absoluta el crecimiento de los cristianos bajo el concepto de hacerlos creer que hay dos clases de cristianos, los ministros y los laicos. Este sistema afecta la visión de ellos y en un momento dado pierden de vista a Dios y lo persiguen, creyendo que sólo ellos saben cómo es Dios y cómo se presenta, creen que por pertenecer a esa raza superior de elegidos para el ministerio de tiempo completo hace que sean los únicos poseedores de la verdad.

La cabeza de la Iglesia es Jesucristo. Y todos nosotros somos su cuerpo. En él no hay acepción de personas. No hay rangos de autoridad*, hay comisiones. Todos somos reyes y sacerdotes. La línea en ser hijo de la libre y ser hijo de la esclava es muy delgada. Es muy sencillo saber dónde estás parado. Persigues o eres perseguido.

Armando Carrasco Z.
* Ya hablaremos a detalles de los rangos reales que menciona la Biblia.

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