lunes, 3 de agosto de 2009

Un hueco en Su agenda. Lucas 5:14-16

“Y él le mandó que no lo dijese a nadie” sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos. Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que le sanase de sus enfermedades. Mas él se apartaba y oraba.” Lucas 5:14-16

Ya en otro pequeño estudio hablamos de que Jesús guardó la ley por que vino a cumplirla. Y siempre aconsejaba a su generación que la cumpliera. Aunque después empezara el pacto de la gracia, él tenía que cumplir la ley.

Sin embargo hoy quiero analizar de este pasaje un hecho importantísimo que a veces pasamos por alto. Los hechos de Jesucristo estaban resonando tanto en la ciudad que la fama de Jesús estaba creciendo de manera asombrosa. La gente llegaba por multitudes a verlo y mucha gente lo buscaba para que los sanase. En los evangelios están registradas muchas de sus sanidades y muchos de sus milagros, pero no están registrados todos los milagros que Él hizo. Eran milagros de todos los días, tanto que se generó una ambiente de expectativa por la vida de Jesús.

Y Jesús accedía a orar por ellos y enseñarles, a sanarlos y a liberarlos. Sin embargo en el versículo 16 dice la Biblia que “Jesús se apartaba y oraba”. No importa cuánta fama tenía, no importa el éxito de su ministerio, el buscaba siempre estar a solas con su Padre. Para Él lo más importante era estar con su Papá. Él conocía su propósito y su llamado, él sabía lo importante de su obra, él se movía por amor a nosotros a cumplir su destino, pero nunca olvidaba que lo más importante era su relación personal con Dios.

Y no oraba por obligación oraba por atracción. Todos nosotros hemos entablado relaciones comerciales casi siempre impersonales donde las reuniones las hacemos por la misma necesidad de la relación, pero creo que todos hemos también entablado relaciones donde lo que nos motiva y lo que nos impulsa es la atracción por las personas con las que vamos a estar, nos gusta estar con los amigos, con al familia, la novia, la esposa. Nos gusta estar con ellos y vamos a reunirnos por gusto. Así mismo Jesús iba y se reunía con su Padre.

Cuando queremos ver a alguien que nos agrada su compañía, hacemos todo lo necesario por verlo, aún cuando estamos muy apretados de tiempos, hacemos un hueco en nuestra agenda pero los vemos. El gusto por estar con alguien es tan fuerte que mueve agendas. Es lo mismo que hacía Jesús por estar con su Padre. Y lo más hermoso de todo esto es que Dios siempre tenía un tiempo para él. La agenda de Dios siempre tiene un hueco para su Hijo.

Creo que nosotros deberíamos seguir el ejemplo de Jesús, buscar a Dios todos los días a pesar de nuestras agendas cargadas. Debemos encontrar la atracción de estar con nuestro Padre para movernos a tal grado de tener un tiempo para estar a solas con Él. Sabiendo y recordando siempre que Él siempre tiene un tiempo para nosotros , sabiendo que nuestro nombre siempre está en su agenda, esperando a que nosotros lleguemos a la cita.

No importa qué tan famoso seas, no importa qué tanto éxito tengas. No importa el tamaño de tu llamado, no importa la grandeza de tu misión, lo que sí importa es que pases un rato apartado a solas con tu Padre.

Armando Carrasco Z

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