lunes, 24 de septiembre de 2007

Cuando Dios te quita el habla. Lucas 1:18-25

Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.

Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario.

Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo.

Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa.

Después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo:

Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.


Lucas 1:18-25

Vemos en el versículo una pregunta que le va a costar el habla a Zacarías, después de estar viendo al ángel, después que se presentó anunciándole que su oración había sido escuchada y que le había dado instrucciones precisas y hasta nombre le había dado a su hijo, vemos que Zacarías todavía duda y pregunta ¿en qué conoceré esto? Dicéndole al ángel ¿cómo sabré que esto es verdad?

Queriendo pedir “pruebas” de lo que hablaba y el angel le respondiá mandándole una señal; dejarlo mudo. Cuántas veces, pero cuántas veces hemos dudado de las promesas de Dios y todavía le pedimos “pruebas”, mejor hay que creerle no vaya a ser que nos deje mudos por un tiempo.

Sin embargo lo que podemos ver aquí es la enorme misercordia de Dios hacia sus hijos. Porque le quita el habla (y tal vez también el oído porque en el versçiculo 62 podemos inferir que tampoco escuchaba…leélo y verás) pero no le quita su oración contestada. Esto me gusta, Dios es fiel y bueno.

A pesar de la incredulidad de Zacarías, recibe lo prometido y vemos en el versículo 24 que su mujer concibió un hijo. El ángel le dice:”por cuanto no creíste mis palabras” hubo un consecuencia de su incredulidad pero esa consecuencia nunca llegó al grado de quitarle lo anunciado.

Un detalle de este pasaje es que podemos ver claramente que todo el pueblo ya se había hecho religioso, dice en el versículo 21, que se extrañan de que Zacarías se demorara tanto. Ya tenían bien calculado el tiempo, ya sabían a qué hora terminaba el rito y como no salía, pues estaban extrañados.

Así nos pasa nosostros muchas veces cuando ya tenemos nuestros rituales bien establecidos y llega Dios y lo primero que hacemos es extrañarnos de porqué suceden las cosas de manera diferente a lo que estamos acostumbrados a hacer.

En el versículo veinticinco nos damos cuenta de cuánto anehelaban un hijo, al grado que para ellos era una afrenta entre los hombres no tener hijos, y ella se recluyó en casa, no se dedicó a otra cosa mas que disfrutar lo que Dios le había dado.

Cuando Dios conteste una oración tuya, disfrútala al máximo, no te acostumbres a recibir cosas de Dios, disfruta todo lo que te de.

Armando Carrasco Z.

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